Después de una gran temporada del futbol español, finalmente el Barcelona se consagró como el monarca de LaLiga. El destino quiso que los culés aseguraran su título número 28 en casa de su rival de ciudad, el Espanyol.
El partido fue un caos desde antes de iniciar, pues se registró un atropellamiento masivo a las afueras del estadio, donde afortunadamente so se registraron heridos de gravedad.
Después de consultarlo con los capitanes y la seguridad del estadio, el árbitro consideró oportuno continuar con el juego. Sin embargo, los ánimos se habían puesto raros, lo que provocó un primer tiempo con pocas llegadas en ambos bandos.
Fue hasta el segundo tiempo que Lamine Yamal, como ya tiene acostumbrados a todos, recortó hacia dentro y metió un zapatazo que venció al arquero del Espanyol, gol que hacía soñar al Barcelona con hacer oficial su título hoy mismo.

El partido se fue tornando más y más brusco, incluso un jugador del Espanyol terminó expulsado por un golpe en el abdomen de Lamine Yamal. Poco a poco, los ánimos se fueron calentando en el RCDE Stadium.
Sin embargo, Fermín podría el segundo y definitivo gol que le daba la certeza al Barcelona, hoy serían campeones. El gol cayó al 95, por lo que los últimos minutos fueron un trámite donde incluso algunos jugadores del Barcelona no hicieron más que celebrar.
Cuando el árbitro anunció el final del encuentro, los jugadores del Barcelona rápidamente pusieron el grito en el cielo, pues era oficial, la liga número 28 era de ellos.

¿Malos perdedores? el polémico gesto del Espanyol al terminar el partido
Cuando los jugadores del Barcelona ya festejaban su título en la cancha del rival de la ciudad, se llevaron una sorpresa pues se prendieron los aspersores del RCDE Stadium, mojando a jugadores, cuerpo técnico y staff culé. Ante esto, Hansi Flick dio la orden de irse a los vestidores, y los jugadores del Espanyol se quedaron para agradecer a su afición.
CIG