El pasado 16 de noviembre, el considerado mejor futbolista del mundo en la actualidad, que de hecho tiene varios años ostentando el cargo, Lionel Messi, cumplió 15 años desde su debut con el primer equipo del Barcelona. La historia la conocen todos. El chico argentino que maravillaba en la categorías inferiores de los blaugranas fue solicitado por Frank Rikjaard, para verlo de cerca y en un escenario de máxima exigencia, como era el estreno del estadio Do Dragao, ante el Porto.
“Me gustaría seguir jugando en el primer equipo; la verdad, cuando mi papá me comentó que iba a viajar a Portugal, me emocioné muchísimo. Me sentí nervioso, pero luego feliz de haber debutado”, dijo el joven Leo para Barca TV, al día siguiente de su estreno… A tres lustros de distancia, quién diría en lo que se convertiría el tímido sudamericano. “Ya se me cumplió un sueño y lo que ahora deseo es mantenerme cerca del cuadro principal”, remataba el adolescente.
Tan solo 33 títulos oficiales y un total de 566 anotaciones en 650 encuentros de todo tipo e índole, dan muestra de que las palabras de Messi en la entrevista al canal del club, se quedaban muy lejos de lo que lograría. Lionel es referencia inmediata, poderío ofensiva; es el Barcelona. Sin embargo, qué hacer y a qué aspirar cuando prácticamente lo ha logrado todo en el feudo blaugrana. Parece una encrucijada difícil de contestar. Se necesita ambición y bastante fortaleza mental.
En una entrega especial de Informe Robinson sobre el paso de Ronaldinho por el cuadro catalán, el periodista Ramón Besa, de El País, que cubrían entonces las notas del día a día del Barcelona explica que: “A Dinho se le acabó la ambición; en un lapso de tres años y medio logró todo, conquistó Champions, Liga, Balón de Oro. No le hacía falta nada”. En esa misma entrega, Sandro Rosell, directivo del club, señaló: “Roni abdicó; él era el rey, pero se cansó hasta de los halagos”.
Es un escenario complejo, pero que seguramente, ha pasado por la mente de Messi, que como Ronaldinho, es lo máximo en Barcelona. En una temporada incierta y hasta atípica, Leo acumula un par de lesiones musculares, pero mantiene el ritmo en sus registros. El argentino, con todo y ausencias, completa nueve tantos y cinco pases que culminaron en gol. Ha sido un comienzo relevante, normal para sus cuotas. Aunque sus cifras tiene otro secreto por revelar.
El tanto que Messi le marcó al Betis de Andrés Guardado y Joaquín, significó su gol número 566 en su historia con el Barca, sí, pero también representó dejar atrás la marca de Gerd Müller, con 565 en sus 15 campañas en el Bayern Múnich y le sirvió para colocar a 77 festejos del récord de Pelé en el Santos de Brasil, con 643 dianas y 18 campañas vistiendo la casaca blanca. Hablamos de futbolistas que dedicaron gran parte de su carrera a un solo club. Si a Leo le falta ambición, ya tiene un nuevo objetivo.
A LA PAR DE HUGO
La media goleadora de Messi, aún sin ser un centro delantero natural, indica que alcanzará a Pelé en menos de dos años, cuando el argentino tenga 33 veranos y mucho qué contar. De momento, Leo tiene en la Liga española cinco Pichichis, los mismos que el mítico Hugo Sánchez, Alfredo Di Stefano y Quini, aunque se mantiene a la espera de consolidar un sexto, margen que solo Telmo Zarra logró… A pesar de todas sus marcas, el ‘10’ blaugrana todavía tiene cifras que rebasar y parece que así será.
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