La luz de Kobe Bryant se apagó ayer abruptamente y quedó un vacío irremplazable en el basquetbol y el deporte mundial. El ex basquetbolista de los Lakers de Los Ángeles perdió la vida a los 41 años de edad, cuando el helicóptero en el que viajaba con su hija Gianna, de 13 años de edad, seis pasajeros, y el piloto, se desplomó en Calabasas, California.
La aeronave, modelo Sikorsky S-76, se vino abajo alrededor de las 10 de la mañana en una zona de colinas cercana al camino de Las Vírgenes, en el noroeste de Los Ángeles y a 48 kilómetros del centro de la ciudad.
El legado de Black Mamba en la NBA es uno que perdurará en la historia del deporte, con una carrera de 20 años con los Lakers, que abarcó de 1996 a 2016, y sus numerosos récords: cinco campeonatos, dos nombramientos a MVP de las finales, 18 llamados al Juego de Estrellas, dos medallas de oro e, incluso, un premio Oscar forman parte de una historia que comenzó el 23 de agosto de 1978, cuando nació en Filadelfia.
Su padre Joe Bryant, hoy con 65 años de edad, fue su primera influencia en el deporte ráfaga; llegó a militar con los 76’s de Filadelfia y los Rockets de Houston como ala-pívot, hasta que en 1984 dejó Estados Unidos junto a su familia para forjar una exitosa carrera en la Serie A de baloncesto en Italia.
Gracias a esa experiencia es que Kobe aprendió a hablar italiano con fluidez; el español también lo aprendió, gracias a Vanessa Laine, su esposa de origen mexicano.
En 1991, Kobe regresó a Estados Unidos para estudiar en el Instituto Lower Merion en Filadelfia, donde se unió al equipo escolar de basquetbol; su primer año fue poco memorable con un récord de cuatro triunfos y 20 derrotas, hasta que comenzó a escribir su historia. Los siguientes tres años, encabezó a su equipo a 77 victorias y 13 reveses.
Eso le valió quedarse con los récords de más puntos anotados en la historia de su preparatoria (2,883), dejando atrás a otros legendarios jugadores como Wilt Chamberlain (2,359) y Carlin Warley (2,441).
Después de terminar el instituto, decidió no cursar la universidad e inscribirse en el draft de la NBA en el año 1996; su similitud de juego con Michael Jordan, su táctica y capacidad física lo hicieron un prospecto prometedor para probarse con 18 años frente a la élite del baloncesto. Fue elegido en el puesto 13 por los Hornets de Charlotte.
Lo que ocurría después marcaría su trayectoria. Jerry West, mánager general de los Lakers, logró cambiarlo por Vlade Divac, ya que su deseo era contar con el juvenil que los había conquistado con sus movimientos y su capacidad natural para anotar puntos.
Kobe sacrificó su tiempo libre para entrenar en sus tiros, el juego de pies y las fintas; apoyado por figuras como Shaquille O’Neal y Pau Gasol, así como Phil Jackson en el banquillo, tomó su rol como motor de los Lakers, a los que lideró para ganar el trofeo Larry O’Brien en cinco ocasiones: tres títulos entre 2000 y 2002, así como los campeonatos de 2009 y 2010.
Pero no todo fue fácil en su carrera. Kobe permaneció en los momentos más bajos de la franquicia, cuando el equipo quedaba lejos de su mejor versión. Entre los años 2014 y 2016, sus últimos años como profesional, dio lo mejor de sí mismo y entregó el cien por ciento en cada duelo. Su lealtad y cariño a los Lakers jamás quedó en duda y demostró liderazgo, al exigirle a sus compañeros en cada entrenamiento y cada juego para que lleguen a su máximo nivel.
Cuarto máximo anotador de todos los tiempos de la NBA, líder histórico de los angelinos en puntos, partidos, triples y robos... la historia de una leyenda se cerró antes de tiempo, pero su legado con Los Ángeles Lakers y la NBA quedará por siempre.