Durante décadas, los equipos campeones en Estados Unidos han visitado la Casa Blanca, en un momento de ritual y tradición. La excelencia deportiva es celebrada, bromas tontas se escuchan y el presidente de turno recibe una camiseta con su nombre.
Bajo el presidente Donald Trump, no obstante, las visitas se han politizado, con protestas de deportistas y, en el caso de los Medias Rojas de Boston, generando preguntas sobre las divisiones raciales.
Thank you to the @WhiteHouse for hosting us today and honoring the 2018 World Series Champions! pic.twitter.com/ejH8tjDwbK
— Boston Red Sox (@RedSox) May 9, 2019
Los Medias Rojas, que ganaron la Serie Mundial en octubre, visitaron la Casa Blanca el jueves. El manager Alex Cora anunció la semana pasada que no iba a asistir, mencionado su exasperación con las gestiones del gobierno para ayudar a su natal Puerto Rico a recuperarse de un devastador huracán. Casi una docena de jugadores, incluyendo a Mookie Betts (el reinante Jugador Más Valioso de la Liga Americana), dijeron que tampoco asistirían a la ceremonia.
Los Red Sox resaltaron en una conferencia de prensa que su camerino no se ha visto dividido por el asunto: "ningún jugador se vio presionado para asistir y aquellos que decidieron ausentarse no resienten a quienes estrecharon la mano de Trump durante una ceremonia bajo la lluvia, en la que no hubo momentos visibles de discordia".
Closing out the day in D.C. with the New England Congressional Delegation. pic.twitter.com/WXuYJY1bWC
— Boston Red Sox (@RedSox) May 10, 2019
El lanzador venezolano Eduardo Rodríguez ofreció su perspectiva antes del partido del equipo el miércoles en Baltimore: “Para mí, no es importante. Es tu decisión. Toma una decisión. La respetaré. Si quieres ir o no, es tu decisión”.
Durante el acto en el Prado sur de la Casa Blanca, tocó una banda de los infantes de marina. Entre las melodías elegidas figuraron “Dirty Water” y “Sweet Caroline”, dos himnos no oficiales de los Medias Rojas.