Cultura

Recuperan novenas de las posadas del siglo XIX

Publican una selección de pliegos dedicados a estas fiestas decembrinas; fue hecha a partir del acervo familiar del famoso impresor mexicano.

Una selección de pliegos dedicados a las fiestas de las posadas, tomados del acervo familiar del famoso impresor mexicano Antonio Vanegas Arroyo, constituye el libro Nueve días de posadas, del sello Idea Zapato.

Este volumen deriva del proyecto Impresos Populares Mexicanos (1880-1917), trabajo de rescate documental y edición crítica encabezado por Mariana Masera; la compiladora, Anastasia Krutitskaya, investigadora de la UNAM, explica a MILENIO: "La digitalización del archivo familiar reunió un acervo que contiene muchos y diferentes contenidos, desde cancioneros hasta patrones de costura y juegos o manuales de prestidigitación, correspondientes a las épocas ejercicio activo y testamentarias del editor. Como parte de su catalogación, este material ha sido fotografiado y sistematizado hasta concretar una base de datos y un sitio web (http://ipm.literaturaspopulares.org/). Finalmente se hizo un inventario y se transcribieron los materiales".

Vanegas Arroyo fue uno los impresores más destacados de hojas volantes de finales del siglo XIX y principios del XX: cubrió una parte del movimiento revolucionario de México con la impresión de corridos, crónicas y grabados de héroes en una época en que no había imagen, y fue promotor de dos importantes grabadores: Manuel Manilla y José Guadalupe Posada.

"Yo estaba involucrada en esta labor cuando me invitaron a un congreso de lírica infantil, y se me ocurrió que se podía organizar un proyecto con ese material. Así fue como empecé a recopilarlo, porque lo rico de este corpus es que tiene diferentes versiones; pervive con las variantes, porque la imprenta popular recogía toda esta riqueza de la tradición, porque los pliegos no eran iguales: en varios años se recogían versos distintos", señala Krutitskaya.

Cánticos

La investigadora añade: "Las novenas tenían una estructura fija, sobre todo en lo que se refiere al momento en que debían decirse las oraciones y las letanías; pero tanto las oraciones como los versos que adornaban las jornadas podían variar mucho, y por eso en este libro reunimos distintas versiones de las mismas canciones. En las páginas previas se encuentran los versos para pedir y dar posada, así como los que celebran el nacimiento del Niño Dios. También están los que se dedican a arrullar al Niño y para romper la piñata".

Al momento de pedir los juguetes se cantaba así a finales del siglo XIX: "En los cerritos, en los cerrotes/ saltan y brincan los tejocotes. No quiero níquel/ no quiero plata/ yo lo que quiero es quebrar la piñata./ Piña cubierta/ castaña asada/ que viva/ que viva el de la posada./ A todos los muchachos nos toca colación/ rezamos y cantamos con toda devoción/ Ay, sí, sí, ay no, no,/ nos toca colación".

Historia

Se dedica un espacio al origen de la celebración: "Entre las fiestas que se celebran en México, una de las más importantes es la Navidad. Como muchas personas creen en la naturaleza divina de Jesús, se refieren a su nacimiento como un misterio. Se celebraba desde los primeros años que siguieron a la llegada de los españoles al territorio que hoy forma México. Motolinia, en Historia de los indios de la Nueva España, describe la noche de Navidad y relata varios detalles sobre las costumbres de entonces: "'[los indios] Ponen muchas lumbres en los patios de las iglesias y en los terrados de las casas, y como son muchas las casas de azotea, y van las casas una legua, y dos, y más, parecen de noche un cielo estrellado: y generalmente cantan y tañen atabales y campanas [...] Ponen mucha devoción y dan alegría a todo el pueblo, y a los españoles mucho más [...]'".

La publicación señala que años más tarde Juan de Grijalva, en la Crónica de la Orden de Nuestro Padre San Agustin en las Provincias de Nueva España (1624), dio la primera noticia de la particular costumbre que se originó en el territorio novohispano y que consistía en celebrar las misas de aguinaldo nueve días seguidos antes de la fiesta de Navidad. Dice Grijalva que fue fray Diego de Soria, prior del convento de San Agustín Acolman, quien inició en la provincia de los agustinos la devoción de cantar las misas de aguinaldo hasta la hora de amanecer.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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