“Tenía que presentar una exposición como parte de mi tesis, de Artes Plásticas. Con mi socio, Tino Céspedes, ya habíamos trabajado. Teníamos problemas para encontrar un sitio para exponer, pero encontramos un espacio por el que tuvimos que pagar y que solo íbamos a ocupar cuatro días por la escuela. Entonces, le platiqué a mi compañero, ‘tenemos el lugar, se pagó por él, ¿qué empezamos a hacer?”, recordó Kíimil, artista gráfico de Puebla, quien a cinco años de distancia relató el surgimiento de El Venado y el Zanate, espacio autogestivo que celebra su aniversario este 7 de septiembre, y para lo que tiene programado una serie de presentaciones musicales a cargo de No Soy DJ, Las Sirenas y Niño Perdido, así como una exposición colectiva en la Galería Los Santos Varones, con entrada libre.
A raíz de fábulas compartidas con el artista Cristóbal Sarro, la curiosidad porque animales fueran protagonistas en historias dotándolos de características humanas, Kíimil explicó cómo el universo de un venado y un zanate se materializó en los muros que ahora albergan diversas expresiones artísticas de creadores independientes, donde la solidaridad ha sido base para la continuidad de un espacio autogestivo, el cual busca difundir y promover el arte local e intercambiar propuestas con otros creadores visuales.
“En la carrera nos tocó hacer exposiciones. Encontrábamos un café, hacíamos la exposición, pero no era el sitio para ello y eso se nota en el arte contemporáneo, pues si ves una bolsa de basura en una galería se convierte en una pieza, pero en otro tipo de espacios eso no pasa. De ahí que es muy importante tener un sitio para exposiciones (…) Teníamos una idea de vivir del alimento, no del arte, pero hemos recibido muchas propuestas, piezas, sin embargo, es un poco difícil vender. Pasa mucho en el arte, que existe una división de estatus, es más difícil vender una pieza de arte en un espacio independiente. Los lugares institucionales ya tienen sus agendas apretadas, pero ves trabajos de chavos urbanos que son increíbles, y te das cuenta que la cuestión es el acceso. Por ello, queríamos un foro para dar espacio a todas esas expresiones”, indicó.
En ese sentido, resaltó que a lo largo de estos cinco años de trabajo, el sitio ha albergado alrededor de 80 a 90 exposiciones de artistas gráficos locales, nacionales y extranjeros, entre los que destacó el trabajo del fotoperiodista Rubén Espinosa.
“Ningún espacio quería recibir su proyecto y nosotros dijimos ‘¿por qué no traerlo aquí?’. Nos la trajo el Señor Click, que es otro espacio alternativo. Teníamos el sitio disponible y las fotos no las permitieron en ningún otro lugar; traía una foto directa de (Javier) Duarte que lo vinculaba con Los Zetas. Fue una exposición muy importante. Hubo gente que se sorprendió, pero se trata de eso, de no callarte”, relató.
Por ello, explicó que parte del compromiso social de El Venado y El Zanate consiste en que el asistente pueda conocer el trabajo de creadores locales, pues “no solo se trata de vender café, sino de que viva una experiencia respecto al arte, al pasar a la galería y vea que hay otras propuestas”; asimismo, resaltó el trabajo colaborativo con otros colectivos y artistas independientes, con el fin de que sus proyectos puedan ser difundidos y albergados ante una carencia de espacios autogestivos, los cuales no solo se limitan a la parte visual, sino también de danza, música y cine.
Por lo anterior, resaltó la necesidad de generar políticas públicas que apoyen los espacios independientes, con el fin de ampliar la difusión y recepción de trabajos de artistas emergentes, pues destacó el movimiento de artes gráficas de Puebla, que bien puede competir con ciudades potencias, como Guadalajara y Oaxaca, aunado a la dignificación del trabajo de muralistas, pintores, fotógrafos y más creadores gráficos.
MITM