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PhotoEspaña 2015: Una flor mixe

Gloria vive con su madre y ocho de sus diez hermanos en una casa con una sola habitación, en ese pequeño pueblo al norte del Istmo de Tehuantepec.

En Maluco, Oaxaca, no hay tiempo ni espacio para el pesimismo. A sus trece años, Gloria debe concentrarse en trabajar para alimentar a su bebé de diez meses y contribuir económicamente para el sustento de sus hermanos.

Gloria vive con su madre y ocho de sus diez hermanos en una casa con una sola habitación, en ese pequeño pueblo al norte del Istmo de Tehuantepec. La joven se convirtió en madre a los doce años, como resultado de los abusos sexuales cometidos durante años por su padre. A causa del embarazo abandonó los estudios para ayudar a su madre en la elaboración y venta de totopos, que cocinan desde la madrugada hasta el atardecer. Al mismo tiempo, debe cuidar de su hijo y de sus hermanos menores. El trabajo es tan extenuante y las responsabilidades tan abrumadoras, que Gloria no sabe aún qué nombre le pondrá a su bebé.

Su historia no es un caso extraordinario en las comunidades indígenas de México. Tan solo en su familia, además de ella dos de sus hermanas fueron víctimas del hombre que las procreó. Una de ocho años y otra mayor que huyó de casa. Una más, Guadalupe, de 17 años, pronto se convertirá también en madre adolescente.

Gloria es la protagonista de la serie fotográfica Una flor mixe, realizada por el uruguayo Christian Rodríguez (Montevideo, 1980), quien viajó en noviembre del año pasado a Oaxaca para retratar una realidad demandante no solo en México sino en toda América Latina.

El proyecto, que se compone de 25 imágenes y aborda el embarazo de adolescentes y el abuso sexual doméstico en la comunidad mixe, obtuvo el premio OjodePez de Valores Humanos 2015, que cada año entrega el festival de Fotografía y Artes Visuales PhotoEspaña.

El jurado, compuesto por personalidades como Thomas Licek, coordinador del festival Eyes On–Month of Photography de Viena; Marion Hislen, directora del Festival Circulation(s) de París; y Arianna Rinaldo, directora de la revista española OjodePez, entre otros, otorgó el galardón al creador uruguayo por documentar “de forma poderosa” esta compleja problemática “con un toque poético, a través del retrato respetuoso de Gloria. Los elementos simbólicos, la historia que subyace detrás de las imágenes, los susurros y su melancolía sutil hablan de una tragedia muy extendida en la región”.

En entrevista con Laberinto, Christian Rodríguez asegura que la importancia de un reconocimiento internacional como éste radica en que otorga visibilidad a una realidad que de otra forma pasaría prácticamente inadvertida.

El embarazo adolescente ha sido un asunto recurrente en el trabajo de Christian Rodríguez, cuyas imágenes se han difundido en medios como El País, El Mundo, Página 12 y The New York Times —este último publicó su serie sobre madres adolescentes realizada en Uruguay, anterior a otro proyecto similar que llevó a cabo en Brasil. Rodríguez revela que su interés obedece a motivos personales—. “Es una realidad vinculada a mi entorno cercano. Soy hijo de una madre adolescente y mi hermana se convirtió en madre a los 16 años”. Ambas situaciones lo impulsaron a concentrarse en la fotografía de autor, dirigiendo su mirada a las historias de mujeres.

Sin embargo, fue en la comunidad mixe de Oaxaca donde descubrió nuevas aristas de un tema conocido para él. “Se trata de un fenómeno con muchos enfoques. No es lo mismo una adolescente de quince o dieciséis años embarazada como resultado de una relación con alguien de su edad, que una niña de diez o doce años que espera un hijo como consecuencia del abuso sexual de un hombre que le triplica la edad y que muchas veces es de su familia”, explica el también director del Festival Internacional de Fotografía San José, en Uruguay.

En la cultura mixe hay un alto índice de niñas abusadas por un familiar, dice Rodríguez. Las relaciones incestuosas no son hechos aislados, pero también se dan otras situaciones dramáticas: cuando sus hijas han sido violadas los padres exigen que se repare el daño a través de una indemnización económica. Más grave aún es que al enterarse del abuso sexual la familia decida entregar a su hija al violador para que viva con él. “No se toman en cuenta los sentimientos de las jóvenes. Pocas veces se piensa en brindar algún tipo de ayuda psicológica que les permita superar el trauma”.

Christian Rodríguez comenta que fue a través de la ONG Naaxwiin. Centro para los Derechos de la Mujer, que ofrece ayuda a víctimas de violencia de género, como conoció la historia de Gloria. “Mi intención, con estos retratos, fue construir una metáfora visual del embarazo adolescente a través de la cotidianidad de Gloria. La historia es muy dramática, por lo que no quise generar imágenes más terribles. Me interesaba relatar esta tragedia sin añadir más presión de la que se vive diariamente. Fue muy difícil hablar con Gloria de la situación. Para ella, el bebé es un recordatorio permanente del abuso sufrido durante años. Yo no quería violentar más su realidad”.

Para lograr su cometido, Rodríguez echó mano de recursos estéticos vinculados a la cultura oaxaqueña. “Estudié varios aspectos de la iconografía mexicana, particularmente la pintura oaxaqueña. Me familiaricé con las tradiciones de la zona para emplear los elementos que mejor la representaran”. Asimismo, en sus imágenes saltan a la vista referencias a la obra de la pintora Frida Kahlo. El fotógrafo argumenta que fue una asociación intencional ya que la reconocida artista empleó muchas piezas que evocaban a la cultura oaxaqueña, como la vestimenta.

Una de las imágenes de Una flor mixe es una analogía del famoso cuadro de Kahlo, Las dos Fridas. En ella se observa a Gloria tomada de la mano de su hermana Guadalupe, embarazada de siete meses. “Construí así esa fotografía para mostrar que se trata de una tragedia que se repite”.

En otro retrato se muestra a Gloria sobre un fondo verde. El autor explica que en la pintura de Frida Kahlo el verde anuncia un mal augurio, y en este caso es un anuncio de la dura realidad de la joven mixe. Sin embargo, Rodríguez asegura que logró capturar “la fortaleza y dignidad con la que Gloria sigue adelante con su vida”. De ahí que en otra imagen aparezca una mariposa, símbolo de la resurrección.

El fotógrafo uruguayo Christian Rodríguez explica que con esta serie sobre madres adolescentes, “un trabajo en constante construcción”, espera dirigir más miradas a la desventurada situación de muchas mujeres mixes. “Los organismos no gubernamentales necesitan más recursos. Las víctimas de abuso sexual como Gloria requieren de ayuda para continuar sus estudios y tener un proyecto de vida. Solo así terminarán estas realidades cíclicas”.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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