Baterista, compositor, académico y líder de la orquesta de cámara Gurrisonic Orchestra, que cruza las fronteras del jazz, el avant garde y la música clásica contemporánea, José Gurría Cárdenas es un músico de variados apetitos. Así lo ha comprobado su trabajo en México y en diversos países. Además de sus proyectos como líder de sus grupos, ha colaborado con grandes músicos de jazz como Abraham Laboriel, Bill Watrous, David Fiuczynski y Martha González.
Mañana, la Brooklyn Symphony Orchestra (BSO), dirigida por el mexicano Felipe Tristán, estrenará su obra Malintzin en el Brooklyn Museum. La composición, comisionada por la agrupación fundada en 1973, forma parte de un proyecto para promover a los compositores latinoamericanos contemporáneos; también se estrenará Impetuoso, del bajista y compositor argentino Pedro Giraudo, y Fractured Nation, del pianista, compositor y director de orquesta mexicano Arturo O’Farrill.
En entrevista, Gurría Cárdenas refiere que hace algunos años, O’Farrill lo invitó para participar como director y compositor en su disco Fandango at the Wall (Resilience Music Alliance, 2018), en el que figuraron también la violinista Regina Carter y el baterista Antonio Sánchez. Ahí conoció a Tristán, quien además de director asociado de la BSO, es asistente de producción de O’Farrill.
A través de Tristán trabó contacto con el director de la BSO y varios administrativos, a quienes les entusiasmó la idea de comisionarle una obra. “Así nació Malintzin, una pieza que yo catalogaría como un poema sinfónico —dice en entrevista—. La consigna era libre, no sabía qué esperaban de mí, por no ser un músico de la tradición clásica. Había una serie de restricciones que yo quería honrar y entender. Penetrar en el mundo de la música clásica no me asusta, por el contrario, me entusiasma mucho y es algo que quiero hacer más en México. Para mí es lo mismo hacer música para Arturo O’Farrill o para la Gurrisonic Orchestra”.
Su intención es “celebrar con Malintzin, mujer del postclásico tardío mesoamericano, gran estratega, conciliadora y protagonista que fue en la conquista del Imperio Azteca. Sin un aire revisionista, sino de análisis y observancia, la retrato a través de su propia mirada con un coral que flanquea la obra. En la sección principal, la narrativa sonora es abordada por la presencia de un observador cautivo. Ambas secciones proyectan una sombra entre sí, se complementan y me ayudan a entender al personaje de manera más nítida. Traté de reflejar el sentir de la Malinche como lo vive el personaje, como si lo estuvieras viendo a través del ojo de un espectador”.
En 2016, al frente de la Gurrisonic Orchestra, el compositor estrenó en Los Ángeles una reinterpretación de Skies of America, obra sinfónica de Ornette Coleman, uno de los padres del free jazz. “Tomé la pieza e hice una reorquestación. Muchos de los sonidos de Malintzin tienen que ver esto: hay guiños a Gunther Schuller, Steve Lacy y Gil Evans, obviamente sabiendo que ellos a su vez le guiñaban a Bartók y a Debussy. Tiene estos colores impresionistas que ayudan a ser descriptivos”.
En la obra, “también hay un gran uso de metales porque me gustan los himnos, las fanfarrias y las fantasías. Le quería dar un sentido de introspección, un poco como a la Charles Ives, padre del impresionismo americano. Tiene una cualidad diáfana, se puede escuchar cómo pasa la luz”.
El compositor refiere que tanto él como Giraudo y O’Farrill provienen “de la cantera del jazz. Tenemos mucho qué ofrecer, pero que no atienden a los clichés, sino más bien a nociones más delicadas”.
Y además...Orquesta inclusiva
De acuerdo con Felipe Tristán, director asociado de la OSB y del Teatro Grattacielo en Nueva York, la invitación a estos tres compositores latinoamericanos forma parte de un programa para “ver acciones reales y concretas para crear una escena de música clásica más inclusiva y diversa. Varias instituciones de música clásica han reiterado sus intenciones de construir una industria más equitativa y brindar oportunidades a todos, en particular a los grupos históricamente desatendidos. Es una responsabilidad colectiva, los artistas debemos hacer esfuerzos”.
bgpa