La imagen que ha posicionado el nombre de México en el mundo, además del Mariachi, es el de La Catrina, ese icono “omnipresente” que concibió en primer lugar el grabador José Guadalupe Posada y que después retomaría el artista Diego Rivera.
Estos genios del arte de nuestro país se encontraron por primera en la edición número 46 del Festival Internacional Cervantino (FIC).
Como la máxima figura de la gráfica en México, el Cervantino decidió rendirle una ofrenda de muertos-homenaje a Posada, con la instalación de una Catrina monumental, de cinco metros de altura, en el patio central de la Alhóndiga de Granaditas.
Gloria Maldonado, coordinadora de artes visuales del Cervantino, dice a Notivox que efectivamente La Catrina ya se ha vuelto un emblema de México: “si hay una Fridomanía también debe haber una Catrinomía porque la podemos ver en las representaciones más variadas, afortunadamente se sigue representando de muchas maneras, tanto artesanamente como en dulces, en barro y de manera industrial”.
Su vigencia es incuestionable porque se le puede ver en cada esquina tanto a nivel nacional como internacional, tiene una increíble “omnipresencia”.
“Lamentablemente nos han invadido Las Catrinas made in China, esas hay que evitarlas, hay que apoyar la producción nacional, a nuestros artesanos a ellos tenemos que comprarles su versión artesanal”.
La Catrina, explica Maldonado es una conjunción de la imagen de un busto que creó Posada de la calavera “Garbancera”, como crítica social, a las mujeres indígenas que se olvidaban de sus orígenes en cuanto llegaban a la ciudad, y el cuerpo que le añadiría Diego Rivera, en reconocimiento y como homenaje al gran Posada.
Fue el propio Rivera quien le dio el nombre de La Catrina esta imagen que anda por todo el mundo.
“La calavera Garbancera es un personaje creado por José Guadalupe Posada, al que prácticamente viste Diego Rivera, al darle cuerpo y pintarla en su emblemático mural Sueño de una Tarde Dominical en La Alameda, es nada menos que la figura central de esta obra, rindiéndole así un homenaje a Posada”.
Las coincidencias son extraordinarias ya que estos dos artistas se encuentran en el FIC, en Guanajuato, la ciudad donde nació el muralista mexicano.
La Catrina monumental, que es una ofrenda-homenaje a Posada, la diseñó el grupo El Volador, reconocidos por su profesional trabajo en cartonería.
“Ellos hicieron un gran trabajo, son reconocidos porque por su profesionalismo, el propio Tim Burton quiso que las imágenes que recibirían a los visitantes a su exposición en el Museo Franz Mayer, las hiciera el grupo Volador”.
El sello de Posada también se ve por toda la ciudad, ya que los carteles promocionales del FIC, que muestran la imagen cadavérica del Quijote cabalgando en un caballo, esta obra de arte está colgada por todas partes de la ciudad de Guanajuato.
LLG