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H. G. Wells: viajero del tiempo, mujeriego inmoral, socialista…

Autor de ciencia ficción predijo muchos avances y logros del siglo XX.

Hoy cumpliría 150 años H. G. Wells, quien ayudó a imaginar el futuro: “Todos tenemos nuestras máquinas del tiempo: las que nos llevan hacia atrás son los recuerdos, y las que nos llevan hacia adelante son los sueños”. Así describió la relevancia de la ciencia ficción en una de sus novelas más conocidas, La máquina del tiempo (1895).

En solo seis años, de 1895 a 1901, escribió sus obras más importantes, como La isla del doctor Moreau, El hombre invisible, La guerra de los mundos y Los primeros hombres en la luna.

Hasta Wells los escritores explicaban todos los acontecimientos fantásticos de sus libros de aventura recurriendo a la magia, pero él buscó servirse siempre de teorías científicas.

Wells predijo muchos de los logros y acontecimientos del siglo XX, como el tanque, el avión, las guerras mundiales, la bomba atómica —un cuarto de siglo antes de la primera fisión nuclear—, una nueva Europa, las casas prefabricadas, la revolución sexual e incluso una forma primitiva de Wikipedia e internet al que llamó “cerebro mundial”.

El escritor nació el 21 de septiembre de 1866 en Bromley, un municipio a las afueras de Londres. Su padre era jardinero y jugador de cricket, mientras que su madre era ama de casa.

“H. G. fue tan malcriado que se convirtió en una mimosa en un invernadero literario. La más leve sombra de desaprobación le provocaba ataques de ira de los que no se libraban ni sus amigos más cercanos”. Así le describió George Bernard Shaw.

“La indignación moral es envidia rodeada de aureola”, dijo en una ocasión Wells, quien era un mujeriego, para defender su búsqueda del “amor libre”. Era bajo y huesudo, con un aburrido bigote y una voz chillona, pero estaba tan lleno de ideas que a menudo las mujeres encontraban irresistible a este “don Juan de los intelectuales”, como le gustaba llamarse a sí mismo.

Así Wells entretuvo a la mojigata sociedad británica con sus aventuras privadas. Casado dos veces, en una ocasión intentó huir con la hija de uno de sus camaradas socialistas y su relación con Elisabeth von Arnim era tan intensa que rompieron dos veces las camas de un hotel. El escritor nunca sintió vergüenza y siempre fue claro: “Soy una persona muy inmoral. He utilizado a personas que me han amado”.

Al igual que Bernard Shaw y Bertrand Russell, formó parte de la Sociedad Fabiana, un movimiento socialista del que derivaron el Partido Laborista británico y la London School of Economics. Además fue uno de los miembros fundadores de la primera organización británica de derechos civiles, hoy conocida como Libertad. Visitó a Máximo Gorki, con cuya “querida” tuvo una relación, odiaba la barba de Marx, conoció a Lenin y entrevistó a Stalin.

Quería cambiar el mundo. En la carta enviada a una amiga aseguró que enmascaró sus profecías como especulaciones sobre vehículos motorizados y calefacción eléctrica, pero que las pensó para socavar y destruir la monarquía, la monogamia y la
fe en Dios.

Murió el 13 de agosto de 1946.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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