De acuerdo con la revista Jazz Buffalo, el sábado pasado el saxofonista alto Richie Cole, uno de los grandes exponentes del estilo bebop en el jazz, falleció a los 72 años en la ciudad de Búfalo, Nueva York. Las causas de su fallecimiento no se han dado a conocer.
El músico, cuyo sonido exuberante fue bautizado por él mismo como alto madness (locura del alto), se inició en el saxofón alto desde los 10 años en su natal Trenton, Nueva Jersey. Gracias a su talento, la revista Downbeat le otorgó una beca completa para estudiar en la Berklee College of Music en Boston.
Con una carrera profesional que se inició en 1969 con la Orquesta de Buddy Rich, también trabajó en las bandas de Lionel Hampton y Doc Severinsen. Sin embargo, fue con su propio quinteto donde su estrella comenzó a brillar en los 70. Invitado de lujo en conciertos y discos con grupos y solistas como Eddie Jefferson, The Manhattan Transfer, Bobby Enríquez, Freddie Hubbard, Sonny Stitt, Art Pepper, Tom Waits, Boots Randolph y Nancy Wilson, el fuego más intenso está en sus proyectos solistas y en sus más de 50 discos.
Sobre su estilo, el crítico Leonard Feather destacó “la naturaleza despreocupada y algunas veces satírica de sus presentaciones”, en tanto que la revista All About Jazz afirmó alguna vez que Cole “es el último de una estirpe: un rápido y competitivo pistolero musical que adquirió estatus legendario en su deseo de demostrar su dominio del lenguaje del bebop de Charlie Parker al derrotar a todos los contendientes a cualquier velocidad”.
Devoto de Parker, Dizzy Gillespie y otros maestros del bebop, de acuerdo con Jazz Buffalo, Cole decía que “si los músicos de jazz serios estudian su música, verán que todo empezó con el bebop. Debes de dominar tu instrumento. Puede tocar todo lo que tengas en la cabeza porque has dominado tu instrumento. Los músicos de bebop son como músicos clásicos académicos”.
No solo se trata de tocar música, decía, pues como los grandes maestros, hablaba del hecho de decir algo a través de las notas. “Ellos está contando una historia en su cabeza, pero no estás leyendo una historia. Sonny Rollins es un poeta: está contando una historia y yo la entiendo, todos los párrafos. Ese es el núcleo de lo mío”.
CODA
UNA ESPECIE DE CONTRADICCIÓN
Cole se desarrolló en los años 70, años del jazz de fusión, cuando muchos consideraban que el bebop estaba fuera de época, “pero yo lo escuchaba y basé mi carrera en él. No fue fácil: yo era un tipo blanco tocando música negra de bebop. Era como una contradicción”, dijo alguna vez.