Cultura

En el Ensamble Modern hay transparencia: Rainer Römer

La agrupación alemana lleva al Festival Internacional Cervantino composiciones de Nancarrow, Ligeti, Rihm, Kyburz y Zuraj.

En nuestros días ya no es tan común encontrarse con gente que no sepa lo que es la música contemporánea", aseguró ayer Franck Ollu, quien estuvo al frente del Ensamble Modern durante su presentación en el Festival Internacional Cervantino, que constituyó su debut en México.

"La música moderna es muy diferente a lo que era en 1950 y hasta 1990, con cosas muy densas. Ahora, en el mundo en que vivimos, la música y el arte son muy vastos". La declaración de Ollu fue sustentada con un repertorio ecléctico que incluyó obras de diversas nacionalidades y estilos: Study No. 7, de Conlon Nancarrow; Konzert für Violoncello und Orchester, de György Ligeti; Chiffre II-Silence to Be Beaten, de Wolfgang Rihm; Anceps, de Hanspeter Kyburz, y Runaround für Blechbläserquartett und Ensemble, de Vito Zuraj.

Ollu, quien fuera cornista de la agrupación, mencionó en conferencia de prensa que a mediados del siglo XX, ante las nuevas formas de composición que no eran capaces de tocar las orquestas sinfónicas, fue necesario inventar otra clase de agrupaciones. Esto permitió a compositores más aventurados, como Arnold Schoenberg y Alban Berg, escribir obras para ensambles más pequeños.

Se crearon nuevas orquestas con una conformación diferente, tradición en la que se inscribe el Ensamble Modern, de Alemania, cuyo nombre es sinónimo de excelencia e innovación. En 35 años de historia ha estrenado obras de compositores tan célebres como Lutoslawsky, Bartók, Berio, Xenakis, Boulez y Ligeti, lo mismo que de autores de nuestro tiempo.

Saar Berger, cornista del grupo desde hace ocho años, dijo que cuando era muy jovencito su sueño era llegar a tocar en el Ensamble Modern. "Disfrutamos arriesgarnos con lenguajes nuevos, colores nuevos, formas nuevas de articular. Siempre he admirado a este grupo y como joven integrante percibo que en cada concierto, en cada ensayo hay mucho entusiasmo porque disfrutamos lo que hacemos".

Al celebrar la forma de organización del Ensamble Modern, el compositor estadunidense John Adams ha dicho que "Platón lo hubiera descrito como la democracia perfecta". Al respecto, el percusionista Rainer Römer indicó que los músicos saben por qué están en el escenario. "Es muy simple: en el ensamble hay trasparencia. Hablamos con los directores, con los compositores, con cualquiera involucrado en el mundo del arte y tomamos ideas que pasan por el ensamble. Cuando esta idea queda fija y es aceptada por la mayoría, se puede hacer. Hemos desarrollado un sistema muy práctico de organización".

Franck Ollu comentó que otras de las peculiaridades de la agrupación es que constituyen un conglomerado de nacionalidades. Esto se debe a que llegan músicos de diversas partes del mundo para estudiar en la International Ensamble Modern Academy durante uno o dos años y, eventualmente, algunos se integran al grupo.

Contar con elementos de Israel, Japón, Suiza, Alemania, Estados Unidos, Francia, India y Polonia ha beneficiado al Ensamble Modern, abundó, "porque aprendemos unos de otros. Cada uno tiene su propia cultura y cada uno aporta lo que es, con el respeto de los demás. Es una agrupación muy cosmopolita".

Desde 1985 el Ensamble tiene su sede en Frankfurt, donde conjunta a un grupo de 22 solistas de diversos puntos del planeta. Constituyen un referente de la música contemporánea y su presencia en el Festival Internacional Cervantino es uno de los grandes aciertos de esta edición.

¿Quiénes son estos chavos?

Rainer Römer se refirió a la colaboración del Ensamble Modern con el músico iconoclasta Frank Zappa, a quien describe "como una de las personas más carismáticas que he conocido. Se interesaba honestamente en la música, en la sociedad y en el arte. Tenía una forma de trabajar muy lenta, casi como si el tiempo se detuviera, pero de repente las cosas sucedían. Se tomaba su tiempo, nos observaba con mucha atención y en ocasiones era muy cínico".

Con músicos de su categoría "tienes que ser honesto. Te sacaba del cuarto si tratabas de engañarlo artísticamente. Al principio tenía la actitud de: '¿quiénes son estos chavos? Me gustan, vamos a ver'. Y nos probó uno por uno".

Franck Ollu retomó la historia: "¡Ponía partituras en el atril con cosas imposibles de tocar! Estábamos muy asustados, pero solo estaba probando a la gente. Al final nuestro mánager nos contaba que Frank Zappa, quien ya estaba bastante enfermo entonces, cada noche, cuando lo llevaba en coche a su casa, le decía: '¡qué banda!' Le gustábamos, nos aceptaba, pero no nos lo demostraba. Era un líder, en el mejor sentido de la palabra".

Google news logo
Síguenos en
Xavier Quirarte
  • Xavier Quirarte
  • [email protected]
  • Es autor de Ensayos de jazz y literatura (Editorial Doble A), es coautor de Por amor al sax y John Coltrane. Periodista especializado en jazz, rock y música contemporánea, sus textos han aparecido en los periódicos El Nacional, La Crónica y Milenio, y en revistas como Casa del Tiempo, Rock y Pop, Sólo Jazz & Blues, Círculo Mixup, La Mosca en la Pared, Cine Premier, Dos Filos, Sacbé y otras
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.