Con tan sólo la presión de la mano, un fragmento del capitel del monumento al Estado Soberano de Nuevo León se desprendió cayendo sobre la avenida Madero.
Personal de la Dirección de Imagen y Mantenimiento Urbano del municipio de Monterrey acudió a inspeccionar el monumento, el cual desde hace tres semanas empezó a desgajarse con mayor intensidad.
Ubicado en su cruce con la calle Diego de Montemayor, el monumento sigue presentando desprendimiento de sus piezas de cantera.
Jesús Garza, especialista en este material, indicó que elementos como la lluvia ácida y la falta de mantenimiento ha propiciado el daño a la pieza. Además, el deterioro se aceleró a causa de la pintura con la cual se cubrió al monumento en años anteriores.
"Está seriamente dañado y en parte es por la capa de pintura que le pusieron hace muchos años, entonces la humedad se quedó al interior y está reventando la piedra. Ahorita se hace polvorón", apuntó Jesús Garza, especialista en cantera.
Por el momento la escultura superior de un ángel en bronce, realizada por A. Decanini, no corre riesgo de colapso pues está sujetada a una estructura de acero al interior del monumento.
Garza, quien restauró los murales de Federico Cantú en la UANL, indicó que la pieza tiene remedio pero tendría que hacerse una restauración mayor.
"Tendríamos que retirar toda la pintura, bajar la escultura para que le den mantenimiento también y también rehacer un nuevo capitel, sería un trabajo mayor", apuntó.
En la revisión también acudió personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Nuevo León, como parte de la inspección de daños que presenta esta pieza, que fue una donación de la comunidad regiomontana residente en Estados Unidos para celebrar el primer centenario del estado independiente en 1924.
A falta del dictamen completo, la restauración demandaría una inversión de 700 mil pesos misma que estaría realizando el municipio de Monterrey.
"Es urgente iniciar el proceso de restauración antes de que la pieza colapse, ya vemos que la cantera se está cayendo a pedazos", opinó Benjamín Valdez Fernández, coordinador de proyectos en el INAH.