De nuestra hoy golpeada hermana República de la Argentina, que pronto verá desaparecer librerías, teatros y más iniciativas culturales gracias a las políticas salvajes de Mauricio Macri, ha llegado a México una espléndida obra en breve gira: Bowen. Intervención sobre el teatro como un resto, del joven autor Leonel Giacometto. Importante la presencia del colectivo Grupo Teatral Orson Peralta que, contra la costumbre, no viene de la capital, Buenos Aires, sino de la ciudad de Tandil, de la provincia de La Plata. Importantísimo gesto porque para quienes hemos presenciado algo de teatro argentino, sabemos que la movida de las tablas del interior no copian a imagen y semejanza la teatralidad porteña. En dos teatros independientes de CdMx ha tocado puerto este espectáculo: Carretera 45 y La NaBe, pequeño foro sobre la calle de Vértiz que hay que visitar. Esta gira pudo ser posible gracias a una beca de movilidad del Instituto Nacional del Teatro del hoy extinto Ministerio de Cultura de la Nación de aquel país. Y paradójico resulta que de esos restos nos llegue precisamente esta obra que habla de restos.
Daniela Ferrari interpreta genialmente a una madura actriz de teatro (Adela) en una gira que ha salido bastante mal en un pueblo perdido cerca de la cordillera, presumiblemente próximo a la ciudad de Mendoza, y Esteban Argonz sutilmente encarna a un joven pueblerino (Agustín) con un pasado familiar que develará un misterio atroz. Un alud de tierra, de lodo viscoso, ha dejado sin comunicaciones ni vías de acceso (y escape) al pequeño pueblo de Bowen. Ahí Adela, atrapada, frágil y temerosa (también añosa), ha de sucumbir ante la joven carne de Agustín para encontrarse con los restos del naufragio nazi, rescoldos que palpitan y dejan ver su rostro amenazante.
La ficción dramática, en la pluma de Giacometto y en la extraordinaria puesta en escena de Julia Lavatelli, se inserta en un contenedor mayor que es el de arquitecturas teatrales perdidas en la ciudad de Tandil, teatros que han dejado de serlo por demolición, que viven en una agonía resistiéndose a caer o bien amenazados por los arriendos o políticas culturales de mierda (cualquier semejanza con México no es casualidad). Así, la estructura de Bowen va del plano “documental” de autorreferencialidad teatral a una ficción de época una y otra vez, fragmentariamente, para construir sobre las ruinas una metateatralidad bella y vibrante que nos ha de dejar en el filo de la navaja.
‘Bowen’
La Crítica / Teatro
La ficción dramática, en la pluma de Giacometto y en la extraordinaria puesta en escena de Julia Lavatelli, se inserta en un contenedor mayor que es el de arquitecturas teatrales perdidas en la ciudad de Tandil.
México /