Todas las etapas creativas del pintor, dibujante, escritor, cineasta y escenógrafo Adolfo Best Maugard (México, 1891-Grecia, 1964), así como sus aportaciones al arte mexicano de mediados del siglo pasado, serán abordadas en una exposición en el Museo del Palacio de Bellas Artes.
Con el título Adolfo Best Maugard. La espiral del arte, la muestra, organizada por la Secretaría de Cultura de Morelos y el Instituto Nacional de Bellas Artes, incluye 141 piezas que dan cuenta del quehacer del artista, uno de los promotores del movimiento mexicanista en el arte.
Esta es la primera gran exposición retrospectiva que se presenta alrededor de la figura y obra de Best Maugard, que va desde sus inicios, sus influencias y su incursión en el cine, hasta su propuesta de método de dibujo mexicano, dijo Arturo López Rodríguez, curador de esta muestra.
“El objetivo es mostrar la mayor parte de obra localizada y las diferentes facetas y épocas del creador. Presentar no solo lo más identificable o lo referente cuando se menciona su nombre, que es el Método de dibujo Best Maugard, sino también exhibir sus primeros trabajos y cómo fue desarrollando, a través de las artes plásticas, sus propias teorías pedagógico-estéticas, hasta llegar a la parte filosófica. Pocos artistas han tenido esas preocupaciones estéticas y logrado proyectarlas en sus obras”, puntualizó.
En el recorrido por las salas David Alfaro Siqueiros, Jorge Camarena, José Clemente Orozco y Rufino Tamayo, el curador apuntó que la pretensión era exhibirlo museológicamente, mostrarlo en toda su dimensión y, en especial, abordar su discurso visual con las artes populares.
“Nos interesaba enfatizar la recuperación que emprendió de la riqueza y la expresión de las artes populares, que es una de sus bases conceptuales. Lo que queríamos era mostrarlo museológicamente, que es la primera vez que se hace, aunque ya se había sido estudiado por Karen Cordero”.
La muestra está dividida en los siguientes apartados: “El paisaje natural y el carácter mexicano, 1909-1920”; “El nacionalismo cultural y las artes plásticas, 1920-1930”; “El método de dibujo mexicano, 1917-1924”; “Best Maugard y el cine, 1951-1964”, y “El rostro y la mirada”, explicó Miguel Fernández, director del Museo del Palacio de Bellas Artes.
Precisó que dentro de la variedad de propuestas estéticas, el público que asista a la muestra, además de apreciar el Autorretrato que el artista pintó en 1923, podrá observar la película La mancha de sangre (1937), dirigida y grabada por Best Maugard en barrios populares de la Ciudad de México, que fue catalogada como uno de los filmes pioneros del cine de cabaret.
Asimismo, recordó que Best Maugard, en su incursión en la industria cinematográfica, participó como censor del largometraje ¡Qué viva México!, de Sergei Eisenstein.
La exposición llega al Palacio de Mármol luego de haberse presentado en el Centro Cultural Borda, en Cuernavaca, Morelos, donde fue vista por alrededor de 45 mil personas.
La muestra estará acompañada de la presentación del libro Adolfo Best Maugard. La espiral del arte, con el texto curatorial de Arturo López Rodríguez, y que incluye ensayos de los especialistas Salomon Grimberg, Ruth M. Álvarez, y Aurelio de los Reyes.
Vínculo con las artes populares
El dibujo decorativo de las artes populares tiene que ver con el manual que realizó Best Maugard, dijo Arturo López Rodríguez, curador de la exposición Adolfo Best Maugard. La espiral del arte.
“Todo lo que vemos del dibujo ornamental constituido por una jícara, una olla, la flora o la fauna, él lo estudió, lo recuperó y logró difundirlo en su manual. Por eso se pensó en presentar un apartado del nacionalismo en las artes plásticas, con la intención de difundir el oficio del artesano y las manifestaciones artísticas del pueblo mexicano”.
Este interés nació luego de que el creador acompañó al antropólogo Franz Boas, entre 1911 y 1912, e hizo cientos de dibujos sobre la cerámica del Valle de México que expresan los signos primarios comunes en el arte prehispánico. Eso le permitió conocer lo arcaico mexicano, pues los motivos se repetían, y así logró fijar su número en siete e investigó el modo de combinarlos.
Para 1921 como jefe de la Dirección de Dibujo y Trabajos Manuales de la SEP promovió la nueva pedagogía artística con su método de dibujo.