Como una “remembranza muy espectacular desde el punto de vista humano” calificó el cantante Alfonso Navarrete el álbum que, con grabaciones históricas de algunas de las óperas que protagonizó en el Palacio de Bellas Artes en los años setenta y ochenta, fue presentado en la Sala Manuel M. Ponce la noche del viernes.
En varias ocasiones el tenor abrió los brazos a lo ancho, como si quisiera abarcar a todo el público que llenó la Sala Ponce: amigos, colegas y familiares, encabezados por su esposa, María Elena Prida, también cantante de ópera, y sus hijos Alfonso y Marco Antonio Navarrete Prida, secretario del Trabajo y Previsión Social, el primero, y subdirector de Servicios de Salud de Pemex, el otro.
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[OBJECT]Ahí estuvieron también María Cristina García Cepeda, secretaria de Cultura; Lidia Camacho, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes, y el empresario Carlos Slim, entre otros. Entre cada uno de los comentaristas, se insertaron fragmentos del disco que arrancaron en el cantante gestos de alegría, tristeza y nostalgia, pero sobre todo satisfacción.
El álbum, que contiene una selección de los papeles protagónicos de Navarrete en óperas de Verdi, Donizetti, Saint-Saëns, Bizet, Bellini y otros, fue calificado por el productor Héctor Sosa como un "disco de la nostalgia. Al igual que Francisco Méndez Padilla, crecí y me eduqué en este Palacio de las Bellas Artes escuchando a cantantes como el maestro Alfonso Navarrete, Guillermina Higareda y Roberto Bañuelas, que eran la triada fortísima que representaba a los cantantes de la ópera nacional y que nos daban temporadas maravillosas ".
El crítico Manuel Yrízar, quien lo conoció desde sus días de estudiante, se refirió al origen de la fortaleza del músico conocido por no haber fallado nunca a una función, aunque estuviera enfermo. "Yo soy un servidor del arte, un servidor del canto y eso me ha hecho ser humilde, me ha dado más fuerza porque tengo los pies muy firmes en el suelo. Y nunca fallé porque estaba detrás de mí esa idea de ser humilde", le respondió el cantante cuando le preguntó el origen de su vigor.
El propio artista comentó que si aceptó cantar 23 o 24 papeles diferentes, todos protagónicos, fue por lo que llama una "insensatez deportiva". Agregó que al escuchar las grabaciones de la antología, al darse "una vuelta al pasado, me doy cuenta de que eran obras muy complicadas y que, afortunadamente, pude sortearlas y cantarlas con un gran cariño".
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Navarrete argumentó que "uno de los vehículos más importantes de la comunicación humana es la ópera, es el arte. Así nos comunicamos mejor. ¿Por qué? Porque el arte está en nuestro protoplasma, en nuestras células… Yo quisiera en este momento hacerles ver cuán orgulloso estoy de que con todos los avatares que ha tenido la ópera, persiste. Con todos los problemas que hemos tenido sigue adelante y espero que siga siempre, porque es un gran logro de la cultura humana".
[OBJECT]El tenor omnipresente, como le llamaron alguna vez por actuar en todas las óperas que montaban en Bellas Artes, afirmó que "la ópera es muy importante porque enfrenta al hombre con la voz sin ningún subterfugio, tal como sale de cada quien, sin necesidad de micrófonos. O sea lo que los griegos llamaban la voz, esa que lucha contra el sonido del mar, contra todo, y siempre se escucha".
La técnica de la voz es muy antigua, aseguró Alfonso Navarrete. "Y aunque la ópera es muy antigua, pervive, porque la voz es mágica. Por eso cuando oímos una gran soprano, un gran tenor, el corazón se encoge, se llena de júbilo. Y a veces durante dos o tres horas, mientras dura una ópera, nos hace olvidar las lamentables condiciones en las que a veces estamos, ya sea emocionalmente y hasta económicamente. Con el arte se olvidan".
El problema de la ópera es presupuestal
Nacido en Sonora, el tenor afirmó que la ópera en México vive una situación complicada. "El problema de la ópera es un problema presupuestal, y tenemos que resolver y hacer congruente el esfuerzo de todos los que nos dedicamos a la este espectáculo para hacer más ópera en más lugares. Y hacer uso de las orquestas que hay en el país para llevarles solistas y hacer ópera. Tenemos que conformar coros. Es complejo, es muy complejo, pero se puede hacer".
A su juicio la ópera debe recuperar su popularidad. "Se debe hacer un esfuerzo más en serio a nivel sistema para llevar la ópera todo el país, porque es un espectáculo de masas, un espectáculo de mucha gente, tanto en el escenario, como fuera de él. La ópera es para el pueblo, es popular. Y por eso, desde el 14 de diciembre de 1600, cuando se cantó la primera ópera en Florencia, todavía persiste. A pesar de todas las dificultades que hay en México –en otros lugares hay mucha ópera–, las vamos a vencer. Debemos tener esa actitud".
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