Unas mil personas gozaban de las cumbias que ponía el DJ del sonido Peluchitos. Ya habían quemado el castillo y lanzado los cohetones con motivo de las fiestas patronales de la Virgen de San Juan en la colonia Infonavit Malaquín, cuando no sabían si seguían los cohetes o eran balazos.
La confusión comenzó en ese momento. No sabían si se trataba de más fuegos pirotécnicos, hasta que iniciaron los gritos y una horda de unas 200 personas huyó despavorida de un lado a otro intentando resguardarse, en lo que ya habían confirmado: era un ataque a balazos.

Se trataba de un enfrentamiento entre grupos rivales. Todo habría iniciado en Dolores Hidalgo y luego se toparon en esta fiesta que se realizaba en San Miguel de Allende.
El saldo: dos muertos y 17 heridos, entre ellos un detenido. Se confirmó que se trata de 10 hombres, cinco mujeres y dos niños.
Los dos hombres que murieron fueron identificados como Efraín “N” y José Luis “N”.
En lo que va de 2025, este es el tercer ataque perpetrado en eventos religiosos. En junio, en Irapuato, 12 personas fueron acribilladas en la fiesta con motivo de San Juan, mientras que un mes antes, en mayo, se reportó un ataque armado en el municipio de San Felipe, durante la fiesta patronal de la parroquia Nuestra Señora Reina de los Apóstoles, donde murieron siete personas.
MILENIO recorrió la zona, que abarca desde donde inicia el templo, en la Avenida Colonial, hasta donde quedó el último rastro de sangre, donde una de las víctimas intentaba escapar de las balas. Todo estaba acordonado.
Tras el pánico y el temor de los vecinos, los comerciantes que participaban en la fiesta acudieron ayer a levantar su mercancía, los juegos mecánicos se apagaron junto con el luto que cubrió el festejo. Los locales también eran desmontados.
En el atrio de la iglesia quedaron los regalos colgando del palo encebado: una licuadora, unas colchas, una mochila, una batidora, una batería y demás premios que iban a ganar los emocionados asistentes. La competencia apenas estaba comenzando cuando la sangre corrió en este festejo. “Se empezaba a subir una mujer” al palo encebado cuando le dispararon y cayó, según relató un vecino.

En la colonia hay temor, pues dos de las víctimas de este ataque directo son personas conocidas de las pandillas locales. Uno era “una fichita”, según relató el presidente municipal, Mauricio Trejo Pureco.
Esta parroquia es tradicional en la zona. Y la fiesta, más. Es de las más esperadas por cientos de fieles católicos de todas las colonias aledañas.
Todos los días hay jóvenes que se alejan de las drogas en las canchas de básquetbol y en las rampas de skate del Skate Park de El Malaquín, que este domingo sirvieron de escudo para cientos que se resguardaron pecho abajo o en cuclillas de los balazos.

Ataque directo
Hasta ayer, las autoridades informaron que este ataque fue directo contra tres personas las cuales estaban en estos festejos y podrían estar relacionadas con hechos delictivos.
El saldo: 17 heridos y dos muertos. Vecinos y testigos aseguran haber visto a dos sujetos con armas largas y vestidos como militares. Eran los que disparaban sin importar que hubiera niños y mujeres presentes.
El presidente municipal, Mauricio Trejo Pureco, afirmó que los asesinados son José Luis “N”, alias El Chato; Emmanuel “N”, alias El Mandi; y que el lesionado, pero en calidad de detenido, es Óscar “N”, alias El Junior, quien permanece hospitalizado.
Vecinos narran minutos de terror en Infonavit Malaquín
El pequeño Diego y su hermana se paseaban por los puestos del atrio del Templo de la Virgen de San Juan cuando los disparos comenzaron. Diego fue alcanzado por una bala. Vecinos están “conmocionados porque nunca había pasado algo así” en Infonavit Malaquín.
Diego recibió una bala en el pie derecho y ayer fue operado en el hospital; por fortuna salió bien.
Su abuela y familiares narran que, tras el balazo, un familiar lo resguardó en un local de venta de fresas con crema hasta que los disparos terminaron.
“El novio de mi tía fue a ponerle una camisa como venda porque se estaba desangrando. Y fueron a esconderse detrás del puesto de las fresas con crema”.
Su abuela, a esa hora, ya estaba acostada, pero la preocupación de dónde estarían sus nietos la obligó a salir a buscarlos.

En el atrio la música del sonido se había detenido.
Una vecina que vive frente al templo dedicado a la Virgen de San Juan narró que ya estaba dormida cuando los balazos la levantaron de la cama.
“Ha habido riñas porque se pelean los borrachos, pero algo tan feo no, estamos conmocionados todos”, platicó.
Por la noche, después de que tronaran los cohetes de la fiesta patronal, escuchó detonaciones fuertes, pero lo único que pudo hacer fue asomarse por la ventana, desde donde vio un mar de gente corriendo por la Avenida Colonial, despavorida, intentando resguardarse. Eran unas 200 personas, en su mayoría niños.
“Corrían familias. Muchos niños. Yo estaba dormida y lo que me despertó fueron las detonaciones. Como 10. Yo me desperté y me asomé por la ventana y mucha gente corriendo. Había muchos niños. Mucha gente corriendo por aquí y por allá. Como que no sabían ni qué era. Porque luego se regresaban y luego se agachaban. No, estuvo muy feo”, comentó.
También ella confundió los balazos con los cohetes del castillo que se quema en esta celebración en honor a la Virgen de San Juan, pero recordó que minutos antes ya lo habían quemado.
Disfrutaban de la fiesta patronal, pensaron que balazos eran cohetes
En la orilla de la cancha de básquetbol, que queda a 70 centímetros por encima del suelo, dos sanmiguelenses pudieron resguardarse por 10 minutos para no ser lesionados por los atacantes. Dos testimonios de unas 100 personas que se “cobijaron” en esta banqueta.
Estaban disfrutando del baile sonidero cuando empezaron los disparos.
Eran alrededor de las 23:00 horas, cuando le pedían al DJ sonidero Peluchis que pusiera más cumbias para bailar, empezó el tiroteo, platicaron dos vecinos que omitieron dar su nombre por temor.
“Le gritábamos otra, otra, y en eso se escucharon los disparos. Pensábamos que eran cuetes y ya eran más seguidos, y pues no, ya no eran cuetes, eran balazos”. En ese momento un mar de gente corrió despavorida y esta pareja de colonos que acudieron a la fiesta patronal se fue a esconder en la banqueta de la cancha.
Tenían mucho miedo, pero nada les importó más que resguardarse, aunque el sitio en el que se escondieron tampoco los protegía del todo.
Ellos vieron cómo uno de los atacantes, antes de darse a la fuga, se paró en la esquina del atrio del templo y de la Avenida Colonial, e hizo disparos al aire.
“Yo escuché unos 30 disparos. Lo vimos todavía cuando salió, hizo disparos al aire y se fue”, relató la testigo.
En el mismo sitio estaban resguardadas unas 100 personas, pecho tierra y en cuclillas, para no ser alcanzadas por las balas.
“Había bastantes personas ahí. Estaba lleno. Había niños y mucha gente ahí tirada”, recordó.
Se esperaron hasta ya no escuchar disparos para salir de su escondite e irse corriendo a su casa.
En el atrio del templo había puestos de comida para todas las familias. Los puestos eran de fresas con crema, churros, waffles y todo para que degustaran los niños, que en su mayoría eran los que estaban presentes.
Sobre la Avenida Colonial estaban dispuestos los juegos mecánicos y otros puestos de pan. Ayer todo lucía ya desolado.
amjmv