Las tradicionales tandas, una práctica comunitaria de ahorro rotativo muy común, están tomando un nuevo rumbo en grupos cerrados de redes sociales: en lugar de recibir efectivo, las participantes lo canjean por cirugías estéticas.
La dinámica es sencilla: un grupo de entre 10 y 20 personas aporta semanal o quincenalmente una cantidad fija.
En cada vuelta, una participante recibe el equivalente a su turno, pero no en dinero en efectivo, sino como pago directo a clínicas y cirujanos plásticos que colaboran con las administradoras de las tandas.
En algunos casos, los procedimientos incluyen liposucción, aumento de busto, rinoplastia y abdominoplastia.
Los organizadores señalan que el objetivo es hacer más accesibles estos servicios, cuyo costo es de miles de pesos.
Por su parte, cirujanos plásticos explicaron que estas tandas pueden incentivar operaciones sin la debida valoración médica previa, además de que no siempre se garantiza la calidad del cirujano o del establecimiento donde se realizarán.
En redes sociales abundan testimonios de mujeres que aseguran haber cumplido el sueño de su vida gracias a este sistema, mientras que otras denuncian retrasos, incumplimientos o incluso complicaciones de salud.
Autoridades de la Procuraduría Federal del Consumidor recomiendan verificar que el servicio se brinde por médicos certificados y que exista un contrato por escrito, ya que al no manejar dinero en efectivo muchas de estas tandas operan sin respaldo legal, por lo que deja a las participantes vulnerables.