“Nunca olvidaré la primera vez que me dijo: 'Mamá'”, relata Mónica López, mujer soltera que siempre quiso experimentar la maternidad y que, tras años de meditarlo, un día sintió cómo crecía el instinto materno y entonces supo que era el momento para hacerlo.
Aunque cuenta con familiares que han adoptado, detalla que no sabía si podría cumplir su sueño, ya que era soltera y en ese entonces creía que solo los matrimonios podían entrar a los programas de adopción.
Por ello dejó pasar el tiempo, pero el cariño hacia los niños no cesaba. Sus sobrinos y sobrinas siempre la buscaban, y ese amor maternal se iba fortaleciendo, así que, sin pensarlo, acudió en Puebla al Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (Sedif).

“Tengo antecedentes de familia con hijos adoptivos, y desde hace tiempo había tomado la decisión de ser madre adoptiva, pero no lo hice antes porque no sabía si las personas solteras lo podrían hacer; un día me di valor y acudí al Sedif; me explicaron que sí podía adoptar, así que pedí los requisitos, asesorías, y esperé a la valoración; tras dos años de espera, finalmente me dieron a mi pequeña de dos años de edad”, expone al recordar que siempre fue la Tía alcahueta.
Dos años parecían mucho tiempo, pero nunca desistió porque estaba decidida a ser mamá. Aunque en ese lapso su familia la apoyaba, también le hizo ver que sería madre soltera. “Pero yo estaba decidida, y no daría marcha atrás”.
La espera terminó y se encontró con su hija. Fue el momento en que su vida cambió 180 grados, pues ya no era solo ella: tenía en sus brazos a alguien a quien cuidar, alguien por quien “echarle ganas”. “Llegaron muchos momentos felices que no podría explicar; el vestirla, peinarla, ir a cada uno de sus bailables”.

Ilusión cumplida
Una noche como cualquier otra, cuando apenas habían pasado unos días desde la llegada de la menor a su nuevo hogar, Mónica se encontraba preparando la ropa de dormir cuando la pequeña le dijo "mamá".
“Cuando me dijo: 'Mamá' se me movió todo. La estaba cambiando, la saqué de bañar, estaba preparando su ropa, y ahí dio sus primeras palabras, dijo: 'Mamá'. Fue, ¡uf!, una experiencia que no tiene palabras, que necesitas vivirla porque no podría explicarte las emociones, los sentimientos. Todo lo que he vivido no ha sido fácil, porque se viven momentos de felicidad, pero también encuentras situaciones complicadas”.
En este sentido, destaca que con la adolescencia llegó una etapa complicada en la relación con su hija, ya que vienen preguntas, exigencia de respuestas, y, en su caso, al ser sólo la mamá, se sumaba el cuestionamiento de dónde está el papá.
“La infancia fue muy tranquila, muy bonita, muchas satisfacciones, la etapa de preescolar, participar en eventos, festivales, todo muy bien; pero llegó la adolescencia y se complicó. Les pega la adopción, y aunque yo se lo dije desde los cinco años, platicamos de su origen, que no creció en mi pancita, las reacciones no siempre han sido buenas, es por ello la importancia del acompañamiento psicológico.
“Hoy en día esa pequeña ya es una joven de 20 años, y con ello un mar de emociones, por lo que invito a los padres adoptivos a tener paciencia con sus hijos”.
Con lágrimas y voz entrecortada, Mónica comenta que ha vivido grandes emociones con su hija: risas, alegrías, tristezas y aprendizajes. Confiesa que ser su mamá es lo mejor que le ha pasado.
“No tengan miedo de adoptar, no tengan miedo del qué dirán, no tengan miedo del porqué no creció en mi pancita. El proceso es largo, puede durar hasta cinco años. Soy feliz de ser una madre adoptiva”.

Casi 30 mil menores esperan ser adoptados en México
En México, miles de niños, niñas y adolescentes esperan día con día algo que para muchos es cotidiano: una familia que los abrace, los escuche y los acompañe. Sin embargo, a veces la edad no les permite cumplir ese sueño, puesto que los padres adoptantes buscan, en su mayoría, a menores de ocho años.
EL DATOMenores en adopción
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), se estima que solo en México más de 29 mil menores viven en centros de asistencia e integración social o albergues.
Y cerca de cinco millones de niños están en riesgo de perder el cuidado de sus familias por causas como pobreza, adicciones, violencia intrafamiliar y procesos judiciales.
En la entidad poblana, en el primer trimestre de 2025 se realizaron nueve procesos de adopción, de los cuales cuatro casos fueron hombres y cinco mujeres, en los municipios de Puebla, Tehuacán, Tecali de Herrera, Coronango, Ocoyucan, Teziutlán y San Salvador el Seco.
Cecilia Bonilla Martínez, jefa del Departamento de Adopciones del Sistema Estatal DIF, destaca que los procesos de adopción en la entidad van desde los siete meses hasta los cinco años de duración, y para llevarlos a cabo se deben cumplir requisitos como la recolección de documentos y aspectos jurídicos.
Aclara que no es el Sedif el que determina qué niños van a cada familia, sino el Consejo Técnico de Adopciones.
Resalta que una de las razones por las cuales se llega a tardar este proceso es que los adoptantes buscan recién nacidos o niños muy pequeños, ocasionando que algunos aguarden mucho tiempo en la lista. Recordó que han tenido casos de espera de hasta cuatro años.
“Todos pueden ser adoptados, que todos sean recibidos en la familia es complicado; normalmente las familias piden recién nacidos, hasta casi ocho años. A partir de esa edad es un poco complicado que los niños sean adoptados. Es que dicen: 'el niño ya está formado, yo lo quiero educar desde cero', cosas por el estilo, entonces es complicado en ese sentido, pero todos los niños pueden ser adoptados”, recalca Bonilla Martínez.
Aunado a lo anterior, indica que ellos no pueden hacer cambiar de opinión a los adoptantes, pero les hacen ver que han pasado mucho tiempo en la lista de espera.
“¿Por qué esperas un recién nacido o un bebé de dos años? No tenemos niños en las casas con esas características, y ya tienes mucho tiempo en la lista de espera; ya pasaron hasta cuatro años, entonces ve pensando en aumentar la edad que tú tienes para adoptar, platicamos con ellos”.
Destaca que en Puebla no es complicado el proceso, y todas las personas pueden hacerlo, ya que no hay distingo en religión, sexo o edad. “Bueno, los lineamientos señalan que se debe ser mayor de 18 años”.

Consejo Técnico, encargado de la decisión final
Cecilia Bonilla aclara que en Puebla el Departamento de Adopciones pertenece a la Procuraduría de Protección a los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, y a su vez, éste es parte del Sedif, el cual cuenta con un Consejo Técnico de Adopciones, “mismo que decide qué niño se va con cada familia”.
Dicho órgano está integrado por el presidente, que es el director del Sedif; un secretario a cargo del procurador de Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en el estado de Puebla; así como los consejeros, que son el director jurídico, el jefe del Departamento de Adopciones, las coordinadoras de las casas de asistencia social, una psicóloga, una psiquiatra y una pediatra.
Además, incluye personal del Tribunal Superior de Justicia, de la Fiscalía General del Estado y alguien de la Secretaría Anticorrupción.
“Es un grupo de gente, a quien se le exponen los expedientes y el número de niños que se tienen, y las familias que buscan adoptarlos; entonces son ellos quienes deciden. Empatan al menor con los adoptantes, analizan la situación de cada uno, y en caso de que solo tengamos una posibilidad, también se decide si es viable, y si no lo es se suspende la asignación. Entonces nosotros, como Departamento de Adopciones, no decidimos, ni la presidenta del Sedif, sino un grupo de gente de los órdenes de gobierno”.

Tras aprobar la asignación del menor, explica que se dispone de un mes de convivencia entre la familia y el menor en la casa de asistencia social, la cual es totalmente supervisada por una trabajadora social y una psicóloga. “Esto para ver qué tan compatibles son, cómo se llevaron, si tuvieron un vínculo, si hubo un clic”.
Posteriormente, se tiene una convivencia de un mes, pero ahora en casa de la familia adoptante, que va acompañada de supervisión, para ver si sigue esa conexión. El caso se regresa de nueva cuenta al Consejo Técnico de Adopciones para determinar la integración del niño con los padres, y es ahí donde inicia el juicio pertinente.
“Se dicta la sentencia, nos esperamos a la ejecutoria, y en todo ese tiempo el menor ya convive con la familia, ya se emite la nueva acta de nacimiento, si es que tenía una; se mantiene en secrecía, se cancela ese registro, y se hace una nueva”, expone al señalar que el proceso administrativo está a su cargo, pero el juicio es en tribunales correspondientes.
Añade que, tras entregar al menor, el trabajo del Consejo de Adopciones no queda ahí, ya que se da seguimiento por dos años, durante los cuales se realizan dos visitas anuales al hogar de la familia, con psicólogos y trabajadores sociales; se platica con el niño, “se hacen cuestionamientos para que no haya problemas, y verificar que el menor se encuentra bien”.

Delito de abandono: ¿qué pasa si regresan a un menor?
Bonilla Martínez apunta que, una vez que el menor es dado en adopción, éste no puede ser regresado a las casas de asistencia, y de hacerlo, la familia estaría cometiendo el delito de abandono, mismo que se encuentra tipificado.
¿Cuál es el castigo?Artículo 346 del Código Penal
De acuerdo con la ley, quien abandone a un niño incapaz de cuidarse a sí mismo, a una persona adulta mayor, a un enfermo o persona con discapacidad, teniendo la obligación de cuidarle, puede enfrentar de tres meses a cinco años de prisión y la pérdida de la patria potestad o la tutela.
En el caso del periodo de convivencia en la casa hogar o de los padres, si no hay integración, el niño se regresa a la casa de asistencia. “En ese sentido no es una devolución como tal, simplemente no se dio”.
“Si nosotros detectamos que fue una negligencia, por alguna cuestión que no es normal, entonces boletinamos que esa familia no es apta para adoptar, pero si no hubo una integración, no podemos castigar a la familia, porque finalmente para eso son las convivencias, para que procedamos a la adopción”.
También indica que, de acuerdo con los lineamientos del Sistema Nacional DIF, se marca que cualquier familia de otra entidad puede adoptar un menor en Puebla.
Todas las familias pueden adoptar

Congreso de Puebla reduce tiempos para adoptar
Fue en 2023 cuando los procesos de adopción en Puebla se redujeron a seis meses gracias a la LXI Legislatura, donde se determinó que cualquier pareja del mismo sexo, solteros y personas de la tercera edad podrán adoptar.
Con lo anterior, la iniciativa a la Ley de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, presentada por las ex diputadas de PAN, Mónica Rodríguez Della Vecchia, y de PT, Nora Merino Escamilla, permitió homologar la ley estatal con la federal, reformada en 2019.
¿Qué dice la ley?
Dicha modificación establece que se reglamenta el seguimiento que el estado debe dar al proceso de adopción durante los primeros tres años de haberse realizado.
Además, se establecen condiciones para evitar casos de simulación por parte de los solicitantes, protegiendo los intereses de los menores de edad.
Contempla 60 días como máximo para que un niño pueda entrar en un proceso de adopción, además de mejores procesos de preadopción y seguimiento psicológico.

Certificado de idoneidad, el requisito para la adopción
Hoy en día muchas personas no pueden concebir un hijo, pero eso no es impedimento para convertirse en madres y padres, ya que en Puebla existe el programa de adopción y con ello la posibilidad de dar la oportunidad a una niña, niño o adolescente de mejorar su vida, y brindarle un hogar.
El principal requisito para adoptar a un menor en Puebla es el Certificado de Idoneidad, el cual determina si los solicitantes de adopción son aptos para hacerlo.
Este documento lo otorga el Sedif en Puebla y debe solicitarse de manera personal en el Departamento de Adopciones para recibir asesoría jurídica.
El documento debe gestionarse ante el Consejo Técnico de Adopciones y es un trámite gratuito, cuyo tiempo de expedición es de 45 días, contados a partir de que se integre el expediente, mismo que se elabora una vez anexados los resultados obtenidos de una valoración psicológica y un estudio socioeconómico realizados a los solicitantes.
Finalmente, para obtener un Certificado de Idoneidad es necesario entregar una exposición de motivos, precisando el interés por la adopción de un menor.
EHR