Una de las patologías nutricionales más común en perros es la obesidad, padecimiento que afecta a por lo menos 25 % de estas especies, siendo la sobrealimentación un factor en las primeras etapas de la vida animal, expresó Armando Sadajiko Shimada Miyasaka, profesor emérito de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán.
Durante el “1er Simposium Tópicos de Nutrición y Alimentación en Pequeñas Especies, Animales No Convencionales y Fauna Silvestre”, destacó que la mayoría de estas mascotas comen residuos de cocina o desperdicios perecederos de establecimientos, razón que los vuelve propensos a engordar, pues el exceso no garantiza nutrición.
Además hay que considerar que las dietas son variables y se alejan de la estandarización a causa del tipo de raza, la función que desempeña, la diversidad de marcas, el sigilo con el que se maneja su formulación y en especial el hecho de que los productos están pensados en satisfacer al dueño, no al animal.
Especificó que los perros se dividen en dos: aquellos destinados al trabajo, como caza, guardia, entre otros rubros, y los de compañía, frecuentemente tratados desde una visión antropomórfica que trae como consecuencia una ingesta de comida fuera de control.
Armando Shimada mencionó que actualmente trabaja en un proyecto que busca prevenir esta problemática a partir de una metodología veterinaria, microbiómica y metabolómica.
La razón de combatir esta patología radica en lo que ésta conlleva en la vida de las especies como el deterioro y disminución en su esperanza de vida, trastornos cutáneos, diabetes mellitus, tumores, enfermedades osteoartículares y problemas de reproducción.
Indicó que se pretende que los veterinarios luchen contra la obesidad a través de infusiones o transplantes de microbios combinados con dietas especiales, las cuales contienen características específicas que buscan evitar el engorde de los animales.
KVS