La transmisión del calor corporal, el movimiento rítmico y tridimensional son los ejes de la equinoterapia. En esta terapia, el contacto con el caballo estimula la concentración, la afectividad y los sentidos. Además es útil para desarrollar aprendizajes pautados y aumentar la capacidad de independencia.
La relación de amistad que se establece con el caballo ayuda cuando existen problemas de adaptación social y control de emociones. Mejora la autoconfianza y la capacidad de atención. Las áreas de comunicación y lenguaje también se benefician.
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La equinoterapia es particularmente benéfica para quienes tienen alguna discapacidad psicológica o física, ya sea congénita o adquirida, y debe ser impartida por un fisioterapeuta que también esté capacitado en pedagogía y psicología.
RL