Pensar en estrategas mexicanos obliga a pensar en Benjamín Gil. La personalidad, estilo y resultados son causa y efecto de ello y si Charros sueña con eliminar al líder Sultanes tendrá que echar mano de toda su experiencia.
Jalisco debe aprovechar al máximo la experiencia del mánager Benjamín Gil, quien en playoffs suele explotar lo mejor de su roster. El tijuanense ya es campeón con Tomateros y los mismos Charros en LMP; además logró conducir a Mariachis hasta una final de zona.

El Matador logró enderezar el rumbo de una temporada desafortunada en LMB junto a Charros y metió al equipo a la pelea por el campeonato en su segunda oportunidad.
¿Dónde comenzó El Matador su travesía como manager?
Fue en 2014 cuando inició su travesía como dirigente con el equipo que lo vio nacer siendo pelotero: Tomateros de Culiacán. 13 temporadas han pasado desde entonces, combinando su experiencia en Liga Mexicana del Pacifico y Liga Mexicana de Béisbol, dejando como resultado 11 clasificaciones a postemporada, por lo que su alta efectividad lo convierten en uno de los manejadores más peligrosos de enfrentar.
Su historia con los tapatíos comenzó en invierno del 2023, atendió al llamado de emergencia y en menos de un mes levantó al equipo de la novena a la primera posición en el standing con récord de triunfos incluido; la hazaña lo llevó directo a playoffs y firmar un contrato de tiempo completo con la novena albiazul tanto en invierno como en verano.
Calidad probada también en el circuito veraniego
Gil tomó el reto de verano en 2024, motivado por su antecedente en esa misma plaza y liga dirigiendo a los Mariachis de Guadalajara en aquella primera temporada de ensueño que conjuntó el talento de nombres como El Titán González, Jesse Castillo, Mailo Salas y los hermanos Heras; entonces dominaron la Zona Norte con 46-17 y pelearon el campeonato ante los Toros de Tijuana perdiendo 2-4.
Pero la realidad albiazul fue muy distinta, Charros vivió una campaña turbulenta que los mandó a la novena posición. Si hay algo que caracteriza al tijuanense es que nunca se rinde, pese al panorama negativo, por lo que al llegar el invierno revirtió la suerte y conjuntó a un equipo poderoso que peleo con su sello impreso, el béisbol de fundamentos y agresividad en los senderos. Fue así que conquistó el campeonato venciendo en seis juegos a Tomateros de Culiacán.
La administración tapatía consiguió que algunos protagonistas del campeonato se quedaran para el verano y aunque no fue tarea sencilla, Charros amarró su primera postemporada cerrando el rol regular con noches históricas consecutivas: la de Alfredo Hurtado jugando las nueve posiciones siendo el décimo jugador en lograrlo y el igualar el récord colectivo de 194 bases robadas impuesto en 1992 por Leones de Yucatán.
No hay nada seguro excepto que el futuro cercano de los albiazules ilusiona al ser respaldado por Benjamín Gil, el hombre del juego agresivo que defiende con uñas y dientes a sus jugadores, cuya estrategia lo pone entre los más efectivos de la pelota mexicana, dejando 11 participaciones en postemporada con cinco títulos de liga y un subcampeonato de zona.
OV