Autoridades japonesas arrestaron a un fisioterapeuta de origen chino, identificado como Hang Biao, bajo sospecha de violar la ley de marcas registradas al vender copias falsificadas de la primera edición del manga Dragon Ball, una obra de culto entre coleccionistas.
Según informó la cadena pública NHK, el detenido, residente en la ciudad de Mito, habría comercializado al menos dos volúmenes falsos de la edición original de la obra de Akira Toriyama —fallecido en marzo pasado— por un total de 13 mil yenes (unos 75 euros), entre marzo y abril de este año, a través de una plataforma de compraventa en línea.

Los primeros tomos de Dragon Ball son considerados una rareza dentro del mercado de segunda mano y alcanzan precios elevados en sitios especializados. En Mercari, una de las plataformas más utilizadas en Japón, se han llegado a pagar hasta 100 mil yenes (cerca de 580 euros) por un solo ejemplar. Incluso hay vendedores que solicitan hasta 450 mil yenes (unos 2 mil 600 euros) por estos volúmenes.

Las falsificaciones detectadas presentaban defectos de impresión evidentes, como textos de diálogo que se salían de los bocadillos, lo que levantó sospechas entre los compradores.
La investigación comenzó después de que un hombre de la ciudad de Shizuoka acudiera a la policía tras adquirir uno de estos tomos y detectar irregularidades en la impresión.
De acuerdo con las pesquisas, Hang se encargaba de recibir y enviar los ejemplares falsos, mientras las autoridades indagan ahora cómo se fabricaron y distribuyeron los volúmenes.
El caso pone de relieve la alta demanda y el valor simbólico de las primeras ediciones de Dragon Ball, cuya popularidad sigue vigente décadas después de su lanzamiento, y refuerza las medidas de vigilancia contra el mercado de falsificaciones en Japón.
jk