Ciudad de México /
Cada generación cumple con el ritual de denostar y ver con cierta envidia –todo al mismo tiempo– a los jóvenes de su época. En Tribuna, donde unos cuantos le ponemos bloqueador solar a la calva desde hace por lo menos diez años, intentaremos luchar contra la condición humana para hacer, en cambio, un esfuerzo de comprensión. ¿Qué distingue a la Generación Y, los famosos millennials, señalados tan a menudo como un concentrado de apatía, como la quintaesencia de la frivolidad, los monstruos de Frankenstein de la inmediatez y el desenfreno tecnológico? Al margen del prejuicio, ¿cómo se vinculan realmente los jóvenes con la tecnología, con el mercado laboral, con sus parejas, con la política?