Ciudad de México /
Estamos ante un momento muy grave en la diplomacia internacional sin precedente en Latinoamérica. Además de sus actos represivos contra opositores, Nicolás Maduro hizo una ofensa realmente grosera en contra del Presidente Enrique Peña Nieto. Maduro se ha saltado todas las trancas, acabó con la democracia en su país y se quedará solo. La desgracia es que todo esto puede terminar en un baño de sangre.
Escucha a Rafael Pérez Gay, autor de la columna PRÁCTICAS INDECIBLES: