La Comisión de Asuntos de la Frontera Norte del Senado se pronunció por mantener el marco de respeto, diálogo y entendimiento que ha prevalecido entre México y Estados Unidos.
A través de un pronunciamiento, los legisladores señalaron que es necesario reforzar los instrumentos de beneficio mutuo, como lo es el TMEC, “cuyos resultados son innegables en ámbitos como el empleo, el crecimiento económico y el fortalecimiento del mercado regional”.
Indicaron que “las senadoras y senadores que integramos este órgano colegiado provenimos de entidades fronterizas y estamos convencidos de que la única manera en que la región puede competir con las naciones y bloques que hoy acaparan el comercio mundial, es con el diálogo permanente, con cooperación y con la toma de decisiones conjuntas que antepongan el bien común”.
Confiaron en que se retome “el camino correcto para resolver los retos que enfrenta la región y en que se privilegie la larga historia de amistad, respeto y solidaridad entre nuestras naciones”.
Indicaron que México y Estados Unidos son, ante todo, naciones hermanas; más allá de la historia compartida y del futuro entrelazado, cuentan con una relación binacional sólida, mantienen una incesante actividad comercial y comparten una de las fronteras más dinámicas y productivas del mundo.
“Hoy, con el inicio de la administración del presidente Donald Trump se plantea un nuevo orden político y económico que puede transformar la relación entre ambas naciones.
Con acciones gubernamentales encaminadas a deportar masivamente a mexicanas y mexicanos radicados en la Unión Americana, y con estrategias como el establecimiento de mayores aranceles a los productos mexicanos exportados a ese país, se avizoran escenarios complejos que impactarán, sobre todo, a las ciudades fronterizas en ambos lados de la línea divisoria”.
Mencionaron que México encuentra en un momento en el que no debe existir lugar para el establecimiento de políticas que en el pasado ya han demostrado el quebrantamiento de la unidad y prosperidad de las naciones, y que tienen el potencial de afectar gravemente a la frontera. “Que más que una separación política y geográfica, en realidad constituye una gran región hermanada, no sólo por los lazos sanguíneos, sino también, por el turismo, la educación, el comercio, el intercambio cultural y por un sinfín de actividades sociales y económicas”, señalaron.
“Quienes somos fronterizos vivimos inmersos en esa fraternidad que ha consolidado a nuestra región como una de las más fructíferas del planeta, que sostiene millones de empleos y que contribuye en gran medida a la prosperidad de ambos países”, mencionaron.
Comentaron que la frontera es, entonces, “una zona única, ejemplo de lo que es posible alcanzar y sus habitantes conocemos mejor que nadie, la importancia de mantener relaciones binacionales respetuosas, sólidas y colaborativas”.
GGAC