Captar un momento y eternise pierde. Ese es el valor intrínseco de la fotografía y es el motor que hace indispensable invertir tiempo y recursos en preservar los archivos fotográficos, especialmente aquellos previos a la era digital.


Notivox Diario cuenta con un patrimonio de alrededor de 15 millones de fotografías que adquirió junto con el histórico edificio de la esquina de Balderas y Morelos en el Centro Histórico, donde por décadas operó el periódico Novedades y que hoy alberga a Multimedios.



Todo en formato físico: papel, negativos y positivos, mucho de este material fue utilizado alguna vez para ilustrar las noticias de varias épocas de la vida de la Ciudad de México, del país y del mundo.
Escanear las imágenes para convertirlas al formato digital y almacenarlas en una nube es apenas 10% del reto. Identificar personajes, lugares y hechos, así como catalogarlas por fecha y relevancia, limpiarlas y restaurarlas ocupa el otro 90%; se trata de un trabajo “a veces muy tardado, algo tedioso y muchas veces poco fructífero porque no se encuentran los datos tan fácilmente”, cuenta la historiadora Merary Guerrero, responsable de catalogar y digitalizar ese acervo desde hace siete años.


El avance es de poco menos de 15% del archivo, pero ni Merary ni los otros miembros de su equipo se rinden. “Algunas veces debemos mandar una imagen a ‘dormir’ porque no encontramos los datos, pero de repente, de otra caja salen imágenes relacionadas que nos ayudan a identificarlas”.
Por fortuna, el avance de la tecnología regala constantemente nuevas herramientas que ayudan a resolver este tipo de problemas. Entre lo más reciente en cuanto a identificación de imágenes y generación de metadatos para archivarlas y catalogarlas está el uso de Inteligencia Artificial, y Notivox Diario ya tiene los ojos en ello, con la meta de democratizar la utilización de este acervo. Si bien se sabe que mientras más antiguas son las imágenes serán menos utilizadas, al momento en que son requeridas su valor es inconmensurable.


Hoy la fotografía es tan asequible para cualquier persona con un teléfono móvil en la mano que podríamos sentir que ha perdido relevancia, pero nada podría ser menos cierto. Atrapar una memoria sigue siendo una magia que debemos conservar.