Cuando Ana Fabiola Ovalle Loera tenía 13 años salió hacia la tienda de la esquina a comprar unas golosinas, pero no imaginó que al regresar a su casa se encontraría con la noticia de que un grupo de personas armadas había raptado a su madre y a su hermano.
Ovalle Loera, quien actualmente tiene 23 años y estudia Trabajo Social, dijo tener una noción muy arraigada de cuando secuestraron a su madre Isabel Cristina Loera Ibarra y a su hermano menor Omar Gabriel Ovalle Loera, de ocho años, quien después de varios días volvió a su hogar tras ser liberado a unas cuadras de su casa.
Dicha situación sucedió en un panorama crítico para Nuevo León, al convertirse en un constante blanco de inseguridad
“Son mis papás y tengo la idea de que mis padres no hacían nada malo, pero pues no es algo que solo yo dijera, sino toda las personas que tuvieron la fortuna de conocerlos y que se enteraron de lo que pasó; nadie tiene una idea o motivo del por qué pasó eso”, declaró en la Plaza de los Desaparecidos el pasado 8 de octubre.
De acuerdo con una ficha judicial, los hechos ocurrieron entre las 18:00 y 18:30 de un viernes 8 de octubre de 2010 en la calle Calpulli 326, entre Palmen y Zempoala, en Ciudad Solidaridad, en el municipio de Monterrey.
Al lugar arribaron hombres armados y entraron con violencia al domicilio de la familia Ovalle Martínez, llevándose a la señora Isabel Cristina Loera Ibarra y a su hijo menor Omar Gabriel Ovalle Loera, de ocho años.
Posteriormente, contó, regresó la misma camioneta y varios hombres armados entraron con la misma violencia al domicilio, llevándose a Ramiro Ovalle Martínez y a Hugo Roel Jiménez Ovalle, a Blanca Estela Ovalle Martínez, hermana de Ramiro, y su hijo menor, Julio Alejandro Jiménez Ovalle.
“No me lo creía y estaba desesperada; solo tenía 13 años y no recordaba el celular de ningún familiar, no sabía qué hacer y solamente estaba llorando”, dijo.
Fabiola, quien actualmente vive con su abuela materna, dijo que sus logros los está guardando para el día de mañana que regresen sus padres y demostrarles que logró salir adelante contra viento y marea.
“No me parece que a mi hermano y a mí nos hayan arrebatado de esta manera a mis papás; no debíamos nada. No sé si haya un trasfondo que hayan tenido en contra de mis papás; no creo que mis papás hayan hecho algo tan malo para ser merecedores de esto”, concluyó.