Ciudad de México /
La tal “república amorosa” no es una bandera de unidad, sino una fórmula para excluir al contrario. Y aquí hay una diferencia profunda entre AMLO y el Corbyn que acaba de rescatar del naufragio al laborismo. Corbyn no unifica a las izquierdas con una retórica del amor, ni dice, como sí dice AMLO, que cualquier persona buena es por definición de izquierda. Esa forma de subjetivizar el significado de ser de izquierda tiene al fin resabios fascistas: el partidario es bueno y la oposición es malvada. De ahí hay sólo un salto para llamar al exterminio de la oposición. Es la fórmula que llevó a Venezuela a la ruina. En vez, Corbyn ha optado por unificar la izquierda en torno de un programa de reforma.
JOS