En su búsqueda por conseguir el voto ciudadano, Jaime Rodríguez Calderón prometió que, de ganar las elecciones, acabaría con la corrupción.
Durante su campaña se comprometió a investigar los escándalos del gobernador saliente, el priista Rodrigo Medina, señalado por el presunto otorgamiento de incentivos fiscales a la armadora Kia Motors.
"Pero Rodrigo tendrá que hacer un ejercicio de conciencia, él gobernó este estado por seis años; la gente de Nuevo León le dio su confianza. Hoy tiene que regresar la confianza a los ciudadanos de Nuevo León, demostrar que es inocente y nosotros demostrar que es culpable", dijo el entonces candidato.
Esa promesa la recalcó incluso en su mensaje como virtual ganador, en donde sentenció que llevaría a prisión a los corruptos.
"Habrá un fiscal Anticorrupción, que le daremos todas las facultades que necesitamos darle para que investigue y no tendremos cacería de brujas; habrá gente en la cárcel, obviamente, si robaron", sentenció.
El 3 de junio de 2016 se anunció la Operación Tornado para castigar la corrupción de la anterior administración estatal.
Para septiembre de 2017, la Fiscalía Anticorrupción había logrado la vinculación a proceso de 33 ex funcionarios por diferentes delitos por un monto de más de tres mil 683.8 millones de pesos.
De la lista presentada, solo dos pisaron la cárcel. Uno de ellos fue el ex gobernador Rodrigo Medina, señalado por el presunto otorgamiento de incentivos fiscales a la armadora coreana Kia Motors, quien estuvo en el penal del Topo Chico menos de 20 horas, porque una juez federal ordenó su inmediata libertad.
Esto fue gracias a que el juez de control que decidió la prisión preventiva como medida cautelar, violó un recurso de amparo obtenido previamente por Medina.
Así, el único procesado fue José Agustín Téllez Velázquez, ex director de Ejecución de Obras Públicas, quien cuenta con prisión domiciliaria.