Comunidad

Políticas migratorias de Trump frenan el 'sueño americano' de cientos de migrantes en la CdMx

Las barreras políticas, la precariedad económica y la inseguridad agravan la situación de quienes dejaron todo atrás en busca de un futuro mejor.

La reciente reelección de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y su política de deportaciones masivas exacerbaron la incertidumbre entre los migrantes que buscaban cruzar la frontera norte de México.

En el campamento migrante de Vallejo, en la alcaldía Gustavo A. Madero en la Ciudad de México, donde lonas, tablas de madera y bolsas de plástico forman hogares temporales, Guillermo, un maestro de construcción colombiano, lleva un año esperando su cita a través de la aplicación CBP One, una aplicación móvil creada por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos para solicitar la entrada legal al país norteamericano.

"Yo tenía cita a través de la aplicación CBP One, pero ahora está cerrada por completo. Dicen que podría haber otro protocolo, pero mientras tanto estamos aquí esperando", explicó Guillermo con resignación.

Su travesía para llegar a la ciudad duró dos meses. Atravesó la selva del Darién, cruzó Panamá, Costa Rica, Guatemala y Honduras.

"Es complicado, no es tan fácil como todo el mundo lo cree. Muchos tienen los recursos necesarios, pero otros tenemos que trabajar en los países de paso para poder avanzar" relató.

Sueños aplazados

Guillermo dejó atrás a sus dos hijas y a su madre en Colombia. Vendió sus herramientas de trabajo, sus dos motocicletas y todo lo que tenía para costear el viaje.

"El sueño que tenía era darles un mejor futuro a mis hijas. Pero ahora, con esta situación, regresar no es una opción y quedarme en México tampoco. Aquí como migrante me quieren explotar. Si un maestro gana 6,000 pesos al mes, a mí me ofrecen solo dos mil o dos mil 500. Es muy difícil empezar de cero aquí."

La precariedad económica se suma a las barreras migratorias. El campamento de Vallejo no es la excepción: sus habitantes enfrentan carencias de agua potable, alimentos y servicios básicos.

"Aquí vivimos bien dentro de lo que cabe, pero siempre hay necesidades. Hay personas que no tienen para comer o para bañarse. Yo sobrevivo gracias a dos mexicanos que me dieron trabajo. Ellos conocen mi oficio y me han apoyado, pero esto no es suficiente para sostenerme a largo plazo."

El camino para llegar a México estuvo lleno de peligros. Guillermo recordó cómo tuvo que caminar durante días enteros en la selva del Darién: 

"Los pies se me rajaron, dormía en las calles. Aunque tuviera dinero, los carteles no te dejan pasar tranquilo. 
"Fue muy difícil. Uno llega a México con la esperanza de que todo mejore, pero aquí también es complicado."

La inseguridad y los abusos que enfrentan los migrantes en territorio mexicano son una realidad persistente. El Colectivo de Observación y Monitoreo de Derechos Humanos del Sureste Mexicano documentó casos de extorsión por parte de grupos criminales y autoridades locales.

 Guillermo menciona cómo logró hacerse de un espacio en el campamento: "Un amigo en Estados Unidos me vendió este ranchito en 4,500 pesos. No es propio porque esto es de la comunidad, pero me ayuda a no pagar renta. Si mi situación se arreglara, yo buscaría regalarlo a alguien que lo necesite."

¿Cómo afecta la nueva política migratoria?


Desde que Trump retomó el poder, la aplicación CBP One, que facilitaba citas para procesar solicitudes de asilo, dejó de estar disponible. Para muchos migrantes, esta era su única esperanza de cruzar de manera legal

Guillermo señaló la desilusión entre sus compañeros: "Personas que ya tenían su cita compraron su vuelo, llegaron a la frontera y no las dejaron pasar. Es muy duro, sobre todo para quienes venimos con familia."

El endurecimiento de las políticas migratorias bajo la administración de Trump también generó un aumento en las deportaciones desde México. Según el Instituto Nacional de Migración (INM), las detenciones de migrantes en el país incrementaron un 25% en los últimos meses.

 "Si esto sigue así y no se arregla nada, me tocaría volver a mi país con las manos vacías", admitió Guillermo, aunque regresar a Colombia tampoco es una opción que contemple seriamente".

Fe y esperanza


A pesar de las adversidades, Guillermo no pierde la fe.

 "Yo soy una persona tranquila. Le dejo todo en manos de Dios. Mi familia también me dice que tenga fe, que estas son pruebas que uno tiene que pasar. Si estoy aquí, es porque Dios lo quiso así."

Su sueño de llegar a Estados Unidos para brindar un mejor futuro a su familia sigue vivo, aunque ahora parece más distante. 

"Ojalá que el presidente Trump haga otro proyecto como la CBP One para que podamos avanzar. Todos venimos con un sueño y un futuro en mente. Esperemos que Dios les mueva el corazón a quienes tienen el poder de decidir sobre nuestras vidas."

El campamento migrante de Vallejo es un microcosmos de resiliencia, donde historias como la de Guillermo se repiten una y otra vez. 

Hombres y mujeres que lo dejaron todo en busca de un sueño, que ahora se enfrentan a una realidad marcada por la incertidumbre y las barreras políticas.

 "No es fácil estar lejos de tu familia. No es fácil vivir con esta angustia. Pero mientras tengamos fe, seguimos adelante."

AV

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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