Un río de gente bajó por el camino principal que da a la entrada de Dos Arroyos, en Acapulco, Guerrero.
Salieron de lo que quedó de sus casas para recibir un poco de alimento, ya que el huracán Otis, los dejó sin comida.
Aunque los habitantes de esta comunidad rural intentaron rodear las dos unidades de la Secretaría de la Defensa Nacional, determinaron organizarse y formaron dos filas: en una estaban todas las cabezas de familia y otra de los adultos mayores, a quienes se les dio prioridad.

Una vez formados, comenzó la distribución de la ayuda. Cada uno de los beneficiarios recibió las despensas con gusto.
Mientras unos cargaron la bolsa o caja de cartón hasta su casa, otros la llevaron a su casa en carro.
Incluso, hubo algunas mujeres, que se colocaron la ayuda en la cabeza y, con niño en brazos, se fueron a su hogar.
"Una bendición grande, un apoyo, gracias, muchas gracias", comentó Nancy, ama de casa.
La entrega se realizó de diez en diez y por lapsos se paraba, porque se daba espacio para el paso de vehículos de la comunidad, ya que, por una falla mecánica en uno de los vehículos, se tuvieron que parar en la vía de entrada y salida de Dos Arroyos, que es una vía de dos carriles, los cuales no están perfectamente definidos.
Para quienes viven en esta comunidad rural de Acapulco, está donación es muy importante porque muchos de ellos no sólo perdieron su casa y su milpa, el huracán Otis, les arrebató su comida.
"Nos tumbó toda la casa, las láminas, nos mojó todo el techo. Vamos comiendo, aunque sea frijolitos, a veces chiles molidos, vienen a vender jitomate o lo que hay lo comemos ¿Y cuántas veces al día comen? No, pues a veces una vez al día o dos veces al día, según", comentó Rafaela, madre de familia, mientras estaba formada para recibir la despensa.

Durante esta entrega, se quejaron de que, a raíz del huracán, les aumentaron los productos de la canasta básica.
"Pues muchas gracias verdad porque pues la deseamos la despensa porque aquí nos están viniendo a dejar todo muy caro, todo, el frijol dice que cuesta cien pesos, 140 el casillero de huevo y la tortilla la dan a 35 el kilo, 45 ¡Imagínese!", exclamó Carmela, mientras esperaba que a su vecina Irma, le entregaran su ayuda, para irse juntas a casa.
El Ejército Mexicano entregó a esta comunidad rural, alrededor de 900 despensas.
HCM