En el estado de Puebla, ante la pérdida de 42 mil 425 empleos formales, 85 por ciento durante los meses de abril, mayo y junio, es decir, durante la emergencia sanitaria generada por el covid-19, en el primer semestre de este año, de acuerdo con información del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y los problemas económicos que enfrentan las familias, no solo aumentará el empleo informal y el desempleo, sino también la delincuencia y el crimen organizado.
De acuerdo con el análisis “Contención del desempleo: responsabilidad de sector público y privado”, realizado por María Elena Pérez Pulido, directora del Departamento de Negocios de la Universidad Iberoamericana Puebla, la vulnerabilidad en la que caerán diferentes sectores de la sociedad, abrirá la puerta para que se busquen ingresos en actividades de subcontratación y hasta en condiciones inapropiadas como la delincuencia.
“La vulnerabilidad orilla a las personas a buscar su ingreso diario en actividades de subcontratación o en condiciones inapropiadas. Tras la pandemia, no sólo crecerá el desempleo o el empleo en el sector informal, sino también el crimen organizado: la gente estará empleada en actividades ilícitas para saldar sus gastos”, advirtió.
Comentó que Puebla y el país, inició la emergencia generada por el covid-19 con alrededor del 66 por ciento de la población económicamente activa en el sector informal, es decir, una de cada tres personas realiza actividades sin garantías de seguridad social ni ingresos semanales ni prestaciones.
“Las implicaciones directas de esta condición se traducen en una menor recaudación de impuestos y la inaccesibilidad de las y los trabajadores a prestaciones básicas”, explicó la investigadora.
Para la especialista, el confinamiento no es sinónimo de inactividad y diferentes empresas lograron optimizar sus recursos para adecuarse a las circunstancias; mientras que las capacitaciones a distancia y la reasignación temporal de labores fueron alternativas para mantener la solvencia de las empresas.
En medio de la contingencia económica, el acuerdo mutuo para la reducción de jornadas laborales y salarios fue una de las estrategias que se implementaron en las micro, pequeñas y medianas empresas para salvaguardar las nóminas y hacer frente a la incertidumbre, apuntó.
Al realizar un análisis los múltiples factores y escenarios, la directora del Departamento de Negocios de la Ibero Puebla pronosticó una recuperación paulatina que podría tomar varios años ante la falta de coordinación entre empresas y gobierno.
“Es un largo camino y dependerá mucho de las estrategias que se tengan a nivel federal y no sólo de lo que se haga en la iniciativa privada, pues a los altos índices de desempleo previos a la pandemia deberán sumarse los daños colaterales posteriores a la misma”, manifestó.
Por último, la investigadora en economía y negocios de la institución que forma parte del Sistema Universitario Jesuita, la clave para enfrentar la crisis se encuentra en la articulación de esfuerzos para reactivar la economía.
“Es tiempo de unir esfuerzos: esta política de condonar el impuesto sobre la nómina o retrasar los pagos al Seguro Social puede ayudar a que las empresas sigan adelante, lo que, a largo plazo, mantendrá activa la economía”, finalizó Pérez Pulido.
mpl