Ciudad de México /
El año en que nació nexos estaba al alza el mercado de las expectativas mexicanas. Desde entonces, se ha hilado una sucesión de altibajos en los humores y la autoestima de la nación. No han faltado razones ni motivos, aunque hay saldos favorables en no pocos campos. Tampoco han faltado retrocesos ni nuevos retos —internos y externos— que nublan las percepciones de avance. Lo que no ha cambiado en este tiempo es un murmullo que cíclicamente se vuelve clamor con la conseja de que, ya sea por lo que se hizo o por lo que no se hizo, terminamos siempre igual o peor.