La Visitaduría General de la Procuraduría General de la República se convirtió en la primera unidad administrativa del gobierno federal que cuenta con un certificado internacional en materia antisoborno.
Alberto Elías Beltrán, subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales, y encargado de despacho de la PGR, reconoció que en México, la ciudadanía tiene un bajo nivel de confianza en las instituciones, particularmente en las de procuración de justicia.
“Esto no lo podemos perder de vista, pues esta confianza también representa el grado de respaldo que la ciudadanía tiene hacia el sistema de seguridad, y hacia el mismo Estado democrático de derecho.
“Sin duda hay muchas cosas por corregir, mejorar o cambiar. Pero es un hecho que la desconfianza, nos debilita a todos”, expresó.
Durante un evento realizado en las instalaciones de la Visitaduría General de la PGR, el subprocurador mencionó que nuestro país necesita una institución de procuración de justicia capaz de resolver con eficacia sus problemas penales, pero también exige que actuemos en un marco de transparencia y rendición de cuentas que genere confianza.
“Sabemos también que lograrlo no es una tarea fácil, ni inmediata, y que nunca habrá esfuerzos suficientes. Pero también hay un esfuerzo central que se debe destacar en todo momento: y es que tengamos más y mejores servidores públicos en nuestras filas. Porque a fin de cuentas, son las personas quienes, día con día, encarnan la procuración de justicia”, añadió.
Elías Beltrán destacó que la Visitaduría General tiene un rol determinante y, a la vez, una responsabilidad enorme y compleja, porque no sólo evalúa y acompaña para que el personal trabaje cada vez mejor, sino también de investigar a quienes se desvían del camino de la ley.
“Precisamente es eso lo que hizo que esta Visitaduría General obtuviera el certificado de la Norma ISO 37001, 2016, sobre Sistemas de Gestión Antisoborno”, apuntó.
El encargado de despacho puntualizó que el riesgo de la corrupción en la PGR no sólo lastima por el solo hecho de corromper y lesionar derechos en un asunto penal, sino que también tiene el potencial de destruir algo mucho menos tangible y mucho más difícil de recuperar: la confianza de la ciudadanía.
“Por eso nunca podemos bajar la guardia, menos aun cuando se trata de combatir fenómenos criminales tan dinámicos y lesivos, como lo es la corrupción”, enfatizó el subprocurador.