DOMINGA.– La narcoguerra que se vive en Sinaloa abrió una caja de Pandora cuyo desenlace es impredecible pronosticar: no se sabe quién podría ganar y cómo quedará la organización delictiva o el mapa de la región.
Durante varias décadas los sinaloenses y los grupos delictivos convivieron de manera “pacífica”. Sinaloa era la cuna del narcotráfico gracias a la comunidad china que arribó a la región a finales del siglo XIX. Descubrieron que la sierra era propicia para la amapola, la flor maldita, así que sembraron la flor para el consumo del opio, que era legal en el estado y en Culiacán.
Había locales para consumir el opio, “los fumaderos”. Pero, a inicios de los años treinta del siglo XX, los asiáticos fueron expulsados de Sinaloa y de Sonora. De modo que agricultores, comerciantes, políticos, alcaldes y demás entraron al negocio “exótico” y les arrebataron el monopolio y el tráfico de opio hacia Estados Unidos.

A esos primeros narcotraficantes de opio se les denominó “gomeros” y a nadie preocupaban en México, sólo a Estados Unidos que había prohibido su consumo a mediados de los años veinte. A diferencia de otras regiones, aquí sólo se dedicaban a traficar hacia el país vecino del norte e incluso “protegían” a los sinaloenses de robos, secuestradores y de extorsiones.
Todas las familias que en los últimos años formaron parte del Cártel de Sinaloa están emparentadas entre sí, algunas tienen parientes muy cercanos. Para no ir más lejos, Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada son compadres porque bautizaron a sus hijos. La familia Coronel, los Beltrán Leyva, los Torres Félix, los Esparragoza y los Carrillo, por mencionar algunos de los apellidos más famosos, mantuvieron negocios con empresarios legales con inversiones que beneficiaron a diversos sectores.

Un gobernador del pasado reciente, aseguró que cerca del 40% del PIB de Sinaloa se producía gracias al dinero del narcotráfico; se reflejaba en inversiones inmobiliarias, aperturas de restaurantes y diversos negocios o gastos superfluos, como la compra de autos lujosos o joyas. Estas familias están conectadas por lazos matrimoniales o de compadrazgo, lo que reforzaba su influencia y confianza interna en el Cártel de Sinaloa.
Todo lo anterior terminó con la actual disputa entre las dos facciones que se pelean por el control territorial: la “mayiza” y la “chapiza”.
Las revelaciones de un exjefe de seguridad del Mayo

Cuatro días después de que El Mayo Zambada y Joaquín Guzmán López arribaron al aeropuerto de Santa Teresita, en Texas, el colega Ioan Grillo y yo publicamos un reportaje a contracorriente de la versión mayoritaria que aseguraba la narrativa de que el mítico capo y el hijo del Chapo se habían entregado en Estados Unidos.
Nuestra versión publicada en el portal Crash Out el 29 de julio de 2024 precisó: “El Mayo Zambada fue atraído a una reunión en Culiacán, capital del estado de Sinaloa […]. Guzmán López, hijo de El Chapo y ahijado del Mayo, planeaba traicionarlo y pactar con Estados Unidos”.
La información sobre esta traición en una finca de Huertos del Pedregal nos la proporcionó un exjefe de seguridad del Mayo que no hace mucho había salido de prisión y nos solicitó el anonimato. Días después el propio capo la confirmó en una carta que compartió su abogado, Frank Pérez, y que los medios nacionales e internacionales difundieron.

La misma fuente ahora nos amplía detalles sobre lo que sucedió antes y después del secuestro a Zambada: “El Mayo también ordenó a su hijo Ismael Zambada Sicarios, Mayito Flaco, que no empezara la guerra contra los chapitos”. No obstante, éste comenzó a armarse y a reclutar hombres ya que sabía que su grupo no contaba con un ejército a diferencia de sus rivales. Además, buscó alianzas con los amigos de su padre.
Entre los principales que respondieron están: El Chapo Isidro, El Guano y Los Cabrera, quienes a diferencia de los mayos sí contaban con ejércitos de pistoleros bien armados y capacitados en la guerra contra sus enemigos. Los Cabrera, por ejemplo, derrotaron a los poderosos Zetas en La Laguna durante la disputa por esa región entre 2010 y 2014. Cuando los eliminaron la violencia se terminó en Coahuila.
La fuente consultada destacó que los mayos sabían que Archivaldo Guzmán, otro de los hijos del Chapo, estaba comprando grandes cantidades de armas y reclutando a un pequeño ejército de más de dos mil hombres para lanzar la guerra contra la gente del “hombre del Sombrero”, como solían referirse a Zambada.
Luego de la caída de su padre, “quieren tener todo el poder, controlar toda Sinaloa”, afirmó el exjefe de seguridad. Anteriormente, ya habían ganado su disputa contra los Beltrán Leyva y derrotado a otros “altos directivos”, como Dámaso López y su hijo el Mini Lic.
Los Chapitos empieza a ‘cobrar piso’

Iván Archivaldo comienza a incursionar en otros narconegocios en 2021. “Cuando los chapitos toman el control comenzaron a actuar como Los Zetas: cobrar piso, secuestrar empresarios, algo que el Cártel de Sinaloa siempre rechazó porque argumentaban que su negocio es el narcotráfico y no meterse con la población”, dice el exjefe de seguridad del Mayo.
Desde antes, Mayito Flaco ya quería prepararse para un enfrentamiento por el control del territorio pero Zambada se opuso. Incluso cuando lo traicionaron, desde la cárcel ha reiterado la orden de que no hubiese guerra. “Con la violencia todos perdemos”, afirmó Zambada en su pasada audiencia.
Pero cuando la narcoguerra inició el 9 de septiembre de 2024, los mayos comenzaron a filtrar la ubicación de los altos mandos de los chapitos. Así, José Ángel Canobbio Inzunza, alias El Güerito, fue arrestado el 19 de febrero de 2025, siendo el golpe más duro contra la estructura financiera del bando liderado por Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar.

El Güerito era el brazo derecho de Iván Archivaldo y era quien administraba las finanzas del grupo; también fue uno de los 29 extraditados por el gobierno de Claudia Sheinbaum a Estados Unidos. Canobbio Inzunza introdujo por primera vez a Sinaloa y, quizá al país entero, los precursores químicos desde China para montar laboratorios y fabricar en Sinaloa el famoso fentanilo.
El Güerito es hijo de Alejandro Canobbio, que en los años ochenta mantuvo una farmacia sobre las calles de Colón y Aquiles Serdán de Culiacán. “Su madre es la señora Rafaela Inzunza, Falita, originaria de Rosa Morada. Los hermanos de Falita fueron narcotraficantes destacados, ya traficaban kilos de cocaína desde Colombia para luego enviarla al vecino país del norte”.
Dice que uno de ellos cayó muerto a balazos y su cenotafio está cerca del de Chalino Sánchez, cantante de la época, a la salida norte de la ciudad de Culiacán.
La tecnología de las unidades de élite estadounidenses

Para intentar dilucidar el futuro del Cártel de Sinaloa, DOMINGA entrevistó a destacados periodistas en temas de narcotráfico y fuentes –algunos pidieron proteger su identidad– de Sinaloa que conocen bien cómo operan ambos grupos.
Centraron sus opiniones en torno a tres temas: conocer si agencias policiales o de inteligencia estadounidense están en Sinaloa cooperando con autoridades mexicanas; abordaron quién está ganando el conflicto; y finalmente sus expectativas sobre cómo podría quedar el mapa del Cártel de Sinaloa al final de su disputa interna.
Los entrevistados coincidieron en señalar que sí existe cierta intervención de agencias de Estados Unidos, pero no necesariamente de manera presencial, sino a través de tecnología y asesoría a las fuerzas de seguridad mexicanas. También coinciden en que los hombres del Mayo están ganando la batalla y que la nueva estructura y mandos de la organización la conformarán los “clanes” que se han unido a la familia Zambada.

Juan Veledíaz, director del diario El Sol de Sinaloa y autor de dos libros sobre el ejército mexicano, El general sin memoria (2010) y Jinetes de Tlatelolco (2017), dice que es muy posible la presencia de agencias estadounidenses en el terreno.
“No nos consta, no los hemos visto, no tenemos evidencia, pero por el avance de la tecnología, lo que hemos revisado en documentos militares es que no resulta innecesario que estén ahí físicamente, la tecnología te permite desde un dron y alguna estación remota hacer lo que el personal en tierra haría. La tecnología con que cuenta las unidades de élite del ejército sí permite ese tipo de operaciones pero vía remota”.
Veledíaz pronosticó como quedaría la implosión que vive el Cártel de Sinaloa: “Creo que una estructura como la que tienen cada uno de los grupos que lo conforman tiene, ya en este momento, una fractura muy profunda, donde los clanes alrededor de la familia Zambada son los que tienen aparentemente, de acuerdo con los informes de las autoridades, la hegemonía en ciertas zonas ya del estado.
“Las evidencias en terreno así lo demuestran y una de ellas es el número de personas detenidas, el número de laboratorios destruidos y de armamento decomisado. Los informes de la Secretaría de Seguridad Pública Federal y la Secretaría de la Defensa, tanto como la Guardia Nacional y la Marina, señalan que los golpes han sido parejos en cuanto a niveles de decomiso y detenciones. Sin embargo, en el control territorial hay un avance por parte de los clanes y las familias asociadas alrededor de los Zambada. Creo que ahí hay un punto de inflexión que se ha venido dando los últimos meses, que sería la parte más evidente”, concluyó Veledíaz.
La Mayiza ha recuperado el territorio que dominaban Los Chapitos

Un personaje entrevistado que solicitó el anonimato aseguró que sí existe la presencia de agentes estadounidenses:
“En la sociedad de Culiacán, de manera generalizada, se sabe que sí andan agentes de agencias de Estados Unidos en los operativos contra esta guerra de mayos contra chapos. Respecto al conflicto, la percepción desde el interior de Culiacán es claro: los mayos ya recuperaron 90% del territorio que antes era dominado por los chapos en todo el estado […]. Los mayos le andan dando una barrida a toda la ciudad y municipios circunvecinos exterminando a los chapos que quedan”.
Añadió que los chapos ahora entran de manera furtiva a Culiacán a cometer atracos a la ciudadanía, como robo de vehículos, asaltos a cajeros automáticos y a casetas de cobro en la autopista.
“Quedan algunos pueblos donde aún los chapos están dando la pelea, como lo son algunos campos de Navolato y algunos pueblos de Concordia, El Rosario y el mismo Mazatlán que también ya está recuperado por los mayos. Pero aún quedan chapos por exterminar en esa parte sur del estado; respectó a la parte norte, desde Mocorito, Salvador Alvarado, Guasave, Sinaloa de Leyva, Ahome, El Fuerte y Choix ya está dominado casi al 100 por ciento por los mayos en alianza con El Chapo Isidro y los Cabrera”.
Sobre cómo podría quedar el Cartel de Sinaloa al final del conflicto, el personaje destacó que ya está claro que los nuevos jefes serán Mayito Flaco y el Chapo Isidro. “La subdivisión en células considero se daría ante la falta de ambos personajes […]. Los submandos que andan apoyando la causa del ‘hombre del Sombrero’ es obvio que también tendrán su coto de poder, se les asignará parte del territorio recuperado, pero indudablemente las cabezas principales son en ese orden: primero Mayito Flaco y luego El Chapo Isidro y quizá los Cabrera de Durango en tercer lugar”, concluyó.
Agencias de EU están detrás de las detenciones importantes

El periodista Ismael Bojórquez, quién dirige desde hace 22 años Ríodoce de Culiacán, especializado en temas de narcotráfico, coincidió en señalar que las agencias de Estados Unidos están detrás de detenciones importantes.
“No tenemos hasta ahora evidencia de que anden agentes gringos en las operaciones de la secretaría encabezada por Omar García Harfuch. Sin embargo, no dudamos que estén participando como lo han hecho casi siempre, sobre todo en detenciones importantes. Hay que tener en cuenta que hay ahora grandes presiones del gobierno norteamericano contra el nuestro y eso alimenta más nuestra creencia de que sí hay agentes operando, codo a codo, con las fuerzas federales mexicanas. Con García Harfuch pero también con la Marina, con quienes han tenido siempre una mejor relación, más que con el Ejército”.
Sobre qué bando está “ganando” la narcoguerra, Bojórquez destacó: “A un año del conflicto creo que el bando más desgastado es el de los chapitos; les han detenido y aniquilado a casi todos sus comandantes y han estado perdiendo espacios; eso se observa en Culiacán pero también en las sindicaturas. Por otro lado, es evidente que las acciones del gobierno federal han estado orientadas sobre todo en contra de sus estructuras. Creo que también les está afectando [a los chapitos] que grupos como el del Chapo Isidro hayan tomado partido en favor del bando de los mayos”.

Finalmente, el director de Riodoce afirmó que el Cártel de Sinaloa no va a desaparecer como tal, se va a reconfigurar pero no desaparecerá. “Hasta hace una década funcionaron como familias coaligadas, se ayudaban entre sí, hacían negocios juntos, fiestas familiares. Desde que agarraron al Chapo esto empezó a cambiar. Ya estaba preso Víctor Emilio Cázares, los Esparragoza estaban casi fuera del negocio y los Caro desde hace muchos años andan por su cuenta”.
Los mayos y los chapitos se toleraban pero no se tragaban, por eso esta guerra ha sido tan encarnizada. Viven unos o viven los otros, dice. “Las raíces del cártel son muy profundas gane quien gane esta guerra, se va a reconfigurar pero no va a morir”.
GSC/ATJ