Hartos de la delincuencia, de la impunidad y de la ineficacia de las autoridades para prevenir, investigar, sancionar y reparar las afectaciones a las víctimas de los delitos, los ciudadanos se están armando y con la aprobación social a los actos de justicia en propia mano, a la venganza en lugar de la justicia; señales de alarma ante la incompetencia gubernamental por frenar la inseguridad. "Hacer justicia por propia mano, está llevando sutilmente al país a una posición de creciente desprestigio e inviabilidad como la nación", advirtió el especialista en seguridad nacional Luis Escobar Aubert, catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Esto, como consecuencia de la crisis de credibilidad que pesa sobre las instituciones de procuración de justicia y corporaciones policiacas, sentenció el académico. El surgimiento de los justicieros o vengadores anónimos y hasta autodefensas son señales de alarma de una ciudadanía que sustituye de manera anárquica instituciones para sancionar y prevenir delitos bajo sospecha de un presunta vinculación con la delincuencia y consecuentemente una falta de confianza en su desempeño, sostuvo el académico.
"Muchos mexicanos se están armado pues temen por su integridad y la de su familia y ante las amenazas constates, por su cuenta prefieren hacer justicia en propia mano, a la venganza en lugar de la justicia por la ineficacia de instituciones oficiales para prevenir, investigar, sancionar y reparar los daños a la víctima de algún delito”.
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De ahí, la aprobación de la sociedad a quienes cometen actos de justicia en propia mano, aunque estén considerados al margen de la Ley. “Y esto ocurre precisamente porque están hartos de la delincuencia y de la impunidad”, sentenció Escobar Aubert.
“Ahora, este fenómeno se hace presente en una sociedad que los acepta y le aplaude, derivado de la creciente violencia e inseguridad y por la necesidad de que la ciudadanía busca alternativas para defender su integridad y patrimonio portando un arma y convirtiéndose o no en un vengador anónimo ante cualquier hecho delictivo y consecuentemente por el vacío de poder que se vive todos los días y no sólo en el Estado de México, sino en el país”, consideró el experto.
Ante la indefensión de la población el justiciero cuenta con el apoyo y solidaridad de la ciudadanía, un fenómeno peligroso ante la falta de protección de un poder constituido para esas tareas, un ciudadano armado y dispuesto a defenderse portando un arma, por lo que debe de ser un tema preocupante para los gobiernos, en cualquier índole, dijo Escobar Aubert.
KVS