La última ocasión que Teresa Castellanos miró a su hija, esta llevaba puesto leggins, sudadera y tenis. Ambas se despidieron mientras su madre le decía que la quería. Alexandra Castellanos era una mujer alegre, le gustaba ejercitarse y bailar; pero todo eso que ella era se terminó.
El 24 de diciembre de 2017 le informaron a su familia, a través de una llamada telefónica, que Alexandra estaba muerta; su cuerpo, presentaba seis impactos de bala. Quedó tendida al interior de un automóvil que fue abandonado en la localidad de Jardines del Zapote, en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga. El cristal de la puerta del conductor estaba roto.
Ante este hecho, el hombre que le juró amor eterno alguna vez, con el que compartió 15 años de su vida, una casa y quizá hasta sueños, pasó de ser su pareja sentimental a su posible feminicida.
“Él era un poco posesivo y celoso, pero todo se desbordó cuando él se enredó con otra mujer. Se salió de la casa y empezó a atacarla y agredirla para que se saliera de la casa en la que estaba viviendo que era la de él”, confesó Teresa Castellanos.
Alexandra forma parte de las cifras del Secretariado Ejecutivo de Sistema Nacional de Seguridad Pública 2017, que indica que de los 29 mil 168 homicidios dolosos que hubo en el país, 671 fueron feminicidios.
México se encuentra entre los 20 peores países para ser mujer. El año pasado, en Jalisco le arrebataron la vida a 283 mujeres jaliscienses, pero solo 59 fueron tipificados como feminicidio, la entidad ocupa uno de los primeros lugares por este delito.
El año pasado, cuatro de los municipios de Jalisco figuraron en el listado de los 100 localidades a nivel nacional con mayor número de feminicidios, se trata de Tlajomulco de Zúñiga, Zapopan, Puerto Vallarta y El Salto.
La historia de Alexandra es parecida a la de tantas mujeres mexicanas que son violentadas todos los días. Ella también acudió al Centro de Justicia para la Mujer, presentó una denuncia por violencia intrafamiliar, pero pese a que existían medidas cautelares para que Alberto Cárdenas, su ex pareja, no se acercara a ella, ni a su casa, éste la seguía violentando.
El 2 de noviembre de 2017, casi un mes antes de que fuera asesinada, a través de su cuenta personal de Facebook lo responsabilizó de cualquier cosa que pudiera pasarle a ella o a sus hijos, pues denunció que dos balas impactaron en su casa.
“Varias veces supimos que hubo agresiones y golpes, yo no lo vi pero lo supe hasta después que lo comentaron sus hijos. Hubo balazos contra su casa en ese inter y no recuerdo la fecha, pero con tanta agresión que había pues nosotros creemos que fue él”, dijo Teresa Castellanos.
En el caso de Alexandra hay una carpeta de investigación que señala a los presuntos responsables: Alberto, Catalina, Enedina y Juan; los cuatro han declarado ser inocentes.
Desde hace casi tres años, la justicia no llega para su familia, se la han vivido en los juzgados anhelándola y esperan llegue en la próxima audiencia a realizarse el 12 de marzo de este año. Su madre, sus dos hijos y hermanas, saben en carne propia lo que es que este sistema machista te arranque lo que más amas en la vida.
Otro ejemplo de las barreras a las que deben enfrentarse las mujeres o sus familias cuando estas han sido ya asesinadas, además del dolor, es a la impunidad. De acuerdo con el informe sobre feminicidio y justicia, presentado por la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, existe “un patrón de impunidad sistémica, reflejo de la falta de acceso a la justicia para las mujeres”.
A tres meses de haber iniciado 2020, los números ya nos indican que 37 mujeres han sido asesinadas en el estado. Hay otra cifra que lastima y tampoco debe olvidarse, mil 77 féminas continúan como desaparecidas en la entidad.
SRN