A las 23:30 horas del 18 de julio de 1872, en su habitación del ala norte de Palacio Nacional, falleció el presidente Benito Juárez García. Han pasado 150 años. Ese día, por la mañana, el Benemérito de las Américas atendió al secretario de Relaciones Exteriores y a un general, pero al no tener fuerzas para seguir trabajando se retiró a descansar. Al acostarse comenzó a sentir dolor en el pecho. ¿La causa? “Neurosis del gran simpático”, de acuerdo con su acta de defunción, aunque los medios de la época apuntaron que había sido víctima de “angina de pecho”. Hoy sabemos que muy probablemente fue un infarto del miocardio.
Hace unos meses, recorriendo el Hospital de Ixtlahuacán en Colima (ahora del IMSS Bienestar) con el secretario de Salud, Jorge Alcocer, y la gobernadora, Indira Vizcaíno, reflexionamos al respecto: en México tenemos clara y presente la fecha del nacimiento de Benito Juárez, pero no así su fecha de defunción, y advertimos que este año se cumplen 150 años. Entonces nos pusimos una meta: en memoria a Juárez, buscaríamos incorporar 150 unidades al protocolo para servicios de urgencias conocido como Código Infarto.
Código Infarto tiene como objetivo garantizar el diagnóstico y tratamiento del paciente que demanda atención de urgencias por infarto agudo de miocardio, de manera que reciba terapia fibrinolítica en los primeros 30 minutos posteriores a su ingreso a urgencias del IMSS y tratamiento de reperfusión con angioplastia primaria. Este protocolo fue lanzado en el año 2015 con extraordinarios resultados. Se fortaleció la coordinación entre médicos, enfermeras, asistentes médicas, camilleros y personal de vigilancia para agilizar la atención. Pero no incluyó los 80 hospitales del programa IMSS Bienestar.
Cuando realizamos la gira por esos 80 hospitales, en los recorridos, al llegar a las salas de urgencias, el presidente López Obrador le preguntaba invariablemente al personal si contaban con los insumos para la aplicación de medicamentos intravenosos (fibrinolíticos). La respuesta era siempre negativa.
A partir de este lunes 18 de julio ya no es así. Logramos la meta de incorporar 150 hospitales a Código Infarto. Se trata de 107 hospitales de IMSS Bienestar, 32 hospitales del régimen ordinario del IMSS y, por primera vez, 11 unidades de medicina familiar. Para lograrlo se capacitó a 803 médicos y 541 enfermeras, se adquirieron los medicamentos y otros equipos necesarios (trombolíticos y electrocardiógrafos). Y se vincularon 35 redes integradas por equipos multidisciplinarios, salas de hemodinamia y dos centros reguladores para asesoría de expertos.
No es corazonada: Código Infarto salva vidas, por eso era necesario extender sus beneficios a la población sin seguridad social. Con Código Infarto, desde 2015, en el IMSS se redujo la mortalidad temprana en más de 60 por ciento. Con Codigo Infarto en IMSS Bienestar se espera lograr resultados similares y dar un paso más en el camino de igualar la cobertura y la calidad de la atención para todas y todos con independencia de su condición social.
Hoy, en la ceremonia por el 150 aniversario luctuoso de Benito Juárez, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, citó en su discurso al poeta veracruzano Rubén Bonifaz Nuño, y señaló: “Al nombrar a Juárez se nombran territorios, mares, aires, torrentes, montañas con nubes, nombramos hombres y mujeres. En su nombre agrupamos nuestras casas, nuestros talleres, nuestros campos (…)”. Hoy también podemos decir que en el nombre de Juárez agrupamos, ordenamos y fortalecemos nuestros hospitales para salvar a más mexicanos y mexicanas del mal que prematuramente nos privó del mejor presidente de la historia de México.
Zoé Robledo
@zoerobledo