Gustavo Petro y Francia Márquez formarán, como presidente y vicepresidenta, el primer gobierno de izquierda en Colombia. Lo que es decir poco o nada. ¿Será una izquierda como la de Nicolás Maduro o como la de Michelle Bachelet? ¿Querrá parecerse a los regímenes soviéticos (Cuba y Corea del Norte hoy) o a los sistemas de la socialdemocracia nórdica?
Entiendo que se utilicen los términos izquierda-derecha como simplificación en el lenguaje periodístico, incluso en el académico. Pero en el fondo dicen poco. O nada. Lo que cuenta son los resultados de los gobiernos ante los problemas públicos que deben enfrentar.
Ciertamente la agenda de los gobiernos puede variar. El combate a la pobreza, por ejemplo, se supone estar en la agenda de la izquierda y no en la de la derecha. Y puede que así sea en el discurso. No necesariamente en los resultados.
Hay problemas que ningún gobierno puede dejar de lado. Además de la pobreza, la seguridad. Si hay algo peor que ser pobre, es estar a merced de bandas de delincuentes, como vemos ahora en Honduras y El Salvador (y en algunas zonas de nuestro país).
Está también el crecimiento económico: no se acabará con la pobreza si la economía no crece. Y la asistencia a la población que no puede pagar los servicios de salud. Hay que añadir la viabilidad de nuestra especie en el planeta, amenazada por la destrucción de la ecología.
¿Habrá algún gobierno, en el contexto de países como los nuestros, que se niegue a poner en su agenda el combate a la pobreza, a la inseguridad, el fomento al crecimiento económico y la protección y rehabilitación de la ecología? Puede ser, pero habría que considerarlo como irresponsable, más que ubicarlo en algún lugar de la dudosa geometría política.
De lo que poco o nada nos dicen los defensores de esa geometría es de la eficacia de los gobiernos, de su capacidad para resolver los problemas públicos. De ir más allá de los slogans y las narrativas para pasar a los hechos. Es esta una distinción clave en la consideración de los gobernantes. No qué tanto hablaron de nuestros problemas,sino qué tanto avanzaron en su solución.
Ahí están los retos del próximo gobierno colombiano. Y de todos los demás.