Por años Cancún y su zona aledaña fue el sitio de ensueño, un espacio de calma y destino de turistas provenientes de diferentes países, sin embargo, en los últimos años ha experimentado una transformación que amenaza su posición predominante como el polo de turismo más importante del país y ello tiene que ver con el aumento de las situaciones de violencia.
Cada vez es más frecuente enterarse de tiroteos y asesinatos en la zona turística de Cancún, Playa del Carmen, Riviera Maya, Tulum, Cozumel, Holbox e incluso algunas zonas de Yucatán, generándose de esta manera una sensación de que se trata de una zona peligrosa para el turismo y esto puede disuadir a muchas personas de visitar estos destinos.
Las zonas turísticas como ya lo hemos visto en Acapulco, Los Cabos o en Puerto Vallarta, son sitios con atractivo para el crimen organizado, porque tienen un caudal de personas con altos ingresos que pueden requerir productos ilegales, en especial drogas, por tanto, existe un mercado de narcomenudeo que puede generar disputas en su control, sobre todo cuando más de una organización tiene presencia en la zona.
Y eso le ha pasado a Cancún, porque en la última década llegaron células de diferentes cárteles de la droga a vender producto al menudeo, primero sin confrontaciones abiertas, pero en últimas fechas estas células han comenzado a competir de forma armada y las autoridades han sido incapaces de contener la violencia y de desarticular estas células.
Dicha zona concentra cerca del 40% del turismo de todo el país, incluso es un punto de arribo que sirve para que después los turistas vayan a otros destinos, de forma que una caída en el flujo de viajeros en la misma repercutiría en todo el país y no solo en esta región, es por tanto, la importancia de atender ya el problema que se está desbordando y que afecta a los ciudadanos en su sensación de seguridad, pero también les puede pegar en lo económico, si la zona pierde fuerza como destino.
@victorsanval