Seguramente, a niveles conscientes o no, la influencia de la belleza y riqueza de nuestro idioma en sus manifestaciones cotidianas culturales, educativas, formales e informales, con estructuras y con docentes, guías o enseñantes, tuvieron su gran influencia en la formación y en la inspiración -alrededor de sus musas, vivencias, viajes e instancias (en San Luis Potosí, Aguascalientes y en la Ciudad de México, principalmente)-de nuestro bardo zacatecano para que en sus sólo33 años de vida él pudiera realizar su gran, bello y pulcro canto nacional a la Suave Patria que, ya empezamos a dar a conocer en nuestra anterior colaboración presentada a ustedes amables lectores de Notivox Puebla:“(PRIMER ACTO)/Patria: tu superficie es el maíz/(…)/y el relámpago verde de los loros”. (Continúa)
“El Niño Dios te escrituró un establo/y los veneros del petróleo el diablo./ (…)Patria: tu mutilado territorio/se viste de percal y de abalorio./ Suave Patria: tu casa todavía/es tan grande que el tren va por la vía/como aguinaldo de juguetería. (…)Suave Patria: en tu tórrido festín/luces policromías de delfín /y con tu pelo rubio se desposa/el alma, equilibrista chuparrosa, /y a tus dos trenzas de tabaco sabe/ofrendar aguamiel toda mi briosa/raza de bailadores de jarabe./Cuando nacemos, nos regalas notas,/después, un paraíso de compotas,/y luego te regalas toda entera,/suave patria, alacena y pajarera”. (INTERMEDIO). “Cuauhtémoc “Joven abuelo: escúchame loarte,/único héroe a la altura del arte. Segundo Acto.
“(…) Suave Patria: tú vales por el río/de las virtudes de tu mujerío;/tus hijas atraviesan como hadas,/o destilando un invisible alcohol,/vestidas con las redes de tu sol/cruzan como botellas alambradas./ (…)Si me ahogo en tus julios, a mi baja/desde el vergel de tu peinado denso, frescura de rebozo y de tinaja, y si tirito dejas que me arrope/en tu respiración azul de incienso/y en tus carnosos labios de rompope.(…) Patria, te doy de tu dicha la clave:/sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;/cincuenta veces es igual el Ave/taladrada en el hilo del rosario,/y es más feliz que tú, Patria suave”.
En esta apretada y arbitraria síntesis que hemos hecho -por cuestiones de espacio y tiempo- de la obra cumbre de Ramón López Velarde sobre su obra: “La Suave Patria”, no hemos podido dejar de meditar y pensar en la influencia de la riqueza del Siglo de Oro español, en casi todas sus manifestaciones y expresiones del quehacer cultural, artístico, humanístico, económico, filosófico, social, de descubrimientos, viajes y conquistas que, junto con el renacimiento italiano y otros movimientos (protestantismo, contrareforma católica y otros generados con las demás potencias de Alemania, Francia, Países Bajos, e Inglaterra) van a influenciar y conformar totalmente a América y el Caribe, y entre ellos a México, nuestro país.
De ahí que, como colofón a esta tercera parte, con la que concluimos nuestra visión y referencia al bardo zacatecano Ramón López Velarde, hagamos mención y auxilio al insigne poeta sevillano Antonio Machado grite: “Golpe a golpe, verso a verso…/cuando el jilguero no puede cantar/Cuando el poeta es un peregrino,/cuando de nada nos sirve rezar,/caminante no hay camino/se hace camino al andar…se hace camino al andar…”.
Víctor Bacre