Escribí aquí hace algún tiempo un contexto mínimo para situar la figura de uno de los personajes teziuteco-poblano más insigne, por su trascendencia y obras. Señalé: “La unidad de esta región perteneciente al Totonacapan se manifiesta en lo cultural, histórico, geográfico, económico, educativo y social. En parte de sus jirones de Puebla y de Veracruz se comprueba esta afirmación al referirnos a Teziutlán-Mexcalcuautla, como uno de sus corazones, pasando por Tlapacoyan-Filobobos; Martínez de la Torre-San Rafael-El Pital; Tecolutla-Gutiérrez Zamora. Y Papantla-El Tajín-Poza Rica, como el otro eje que circunscribe esta región”.
“Ejemplifica una de esas manifestaciones en lo histórico-cultural, como lo es el mencionar la figura de Rafael Martínez de la Torre. Nace en Teziutlán, tiene propiedades en Tlapacoyan, en los ahora Martínez y San Rafael. Estudia en Puebla y el Distrito Federal donde, terminando la abogacía, ejerce su profesión, la política y los bienes raíces. Pero su génesis, con su misma existencia, su formación básica y de valores, los efectúa en el propio Totonacapan”.
La migración, uno de los abastos poblacionales, al ya existir el México contemporáneo que ha refrendado y constituido el valor y esencia de la actual identidad y nacionalidad mexicana, tiene en esta zona del último municipio reconocido de Veracruz: San Rafael. Junto a Martínez de la Torre y a Gutiérrez Zamora, son emblemáticos al haberse integrado por colonos españoles, franceses e italianos.
En el próximo-pasado tiempo, Carlos Ernesto Bernot, historiador-de origen francés- escribió y nos entregó su obra “Datos sobre la colonización de Jicaltepec-San Rafael”. En el ahora les compartimos un breve texto de Andrés Gómez Belín -descendiente por ambas ramas de aquellos fundadores de San Rafael, Veracruz-, quien nos comenta: “Era uno de los más prominentes abogados de su época muy conocido por personajes de la historia de México. Amigo de los Condes del Valle de Orizaba, a quienes les compra la Casa de los Azulejos en la ciudad de México en 1871”.
“También conocía y fue abogado de Francisco de Padua López, hijo de Guadalupe Victoria, quien siendo presidente de México, compró el territorio que comprendía desde el Jobo, municipio de Tlapacoyan hasta Tecolutla, Veracruz.Martínez de la Torre se da cuenta de que los colonos franceses de Jicaltepec estaban mejorando las condiciones de las tierras de esa zona donde sembraban maíz y vainilla. Y, habiendo comprado los terrenos de Francisco de Padua López que, se encontraban sobre la ribera izquierdo del río comprendiendo la zona entre Paso de Telaya, Zopilote (hoy San Rafael), El Ojite y Mentidero. Al ver que los colonos franceses tuvieron que abandonar las tierras de Jicaltepec por razones políticas. Entonces, dividió los terrenos adquiridos en más de 60 lotes y se los ofreció a los colonos a precio muy bajo para que fundaran en ellos granjas familiares, todo con facilidades de pago. Igualmente, lotificó los terrenos de Paso de Novillos que, en gratitud a Él, llevan su nombre: San Rafael y Martínez de la Torre”.
Víctor Bacre