Ante el planteamiento que les compartimos en nuestra anterior colaboración que Leonardo Boff, exfranciscano, filósofo y teólogo, nos hizo sobre su afirmación de que_ “Sin espiritualidad no salvaremos la vida en la Madre Tierra”, como reflexión asumida por nosotros y algunos amables amigos en el ahora, les haremos entrega de lo que consideramos una forma de breve respuesta a la aseveración de Boff.
Para empezar, señalaremos algunos rubros que el Diccionario de la Lengua Española nos dice al respecto: “Espiritualdad: Obra o cosa espiritual. Conjunto de ideas referentes a la vida espiritual. Espíritu: Vigor natural y virtud que alienta y fortifica el cuerpo para obrar (…) Ánimo, valor, aliento, brío , esfuerzo (…) Principio generador, carácter último, esencia o sustancia de una cosa”.
Así, después de conocer que “ no hay vida humana que no esté constituida por ciertas creencias básicas” de Ortega y Gasset—el de Madrid—y de que ‘El sur era y es acentuadamente indio; allá la cultura tradicional está todavía viva’, de Octavio Paz—el de ciudad de México—y de que ‘san Francisco—el de Asís—es el santo patrono de todos los que estudian y trabajan en torno a la ecología’ y de que “‘para san Ignacio—el de Loyola—ser pobre significaba más que un ejercicio ascético: un despojamiento de todo para estar más próximo a los otros y construir con ellos fraternidad”, como lo afirma el Papa Francisco—el de Roma—en su Encíclica de Ecología Integral “Laudato Sí”.
Y sí, Arturo, Tere y Eloisa, ustedes mismos son ejemplo y testimonio vivos que, su propia y gran espiritualidad los ha llevado a participar en proyectos, acciones y trabajos que, junto y de manera prioritaria con la ciencia, sus particulares ideas, viajes, lugares geográfico-históricos, libros, conferencias, asesorías y con sus familias; son la evidencia misma de esa ya señalada por mí en ustedes, de esa su gran espiritualidad como su esencia misma que los ha hecho más trascendentes y más humanos.
Ya para finalizar estas anteriores reflexiones y aplicaciones a mis amigos y colegas, Tere, Arturo y Eloisa, veamos y también asumamos lo que nos dice Leonardo Boff:
“Son muchas las proyecciones(…)que suponen que la humanidad ha aprendido la lección de la covid-19: desarrollar una relación amigable con la naturaleza; las sociedades deberán superar las profundas desigualdades actuales en la línea de la encíclica Fratelli tutti del Papa Francisco, que todos se sientan hermanos y hermanas, también con los seres de la naturaleza, y no sus amos y señores; en caso contrario nadie se salvará”.
“Si juntos, estas dos órdenes de los franciscanos y los jesuitas, asociados a otros, se proponen realizar este sagrado propósito, darán una señal de que no se ha perdido todo del Paraíso terrenal, que empieza a crecer dentro de nosotros y se expande hacia fuera, haciendo, de verdad, de la Madre Tierra, la verdadera y única casa común en la cual podremos vivir juntos en fraternidad, benevolencia, justicia y paz y alegre celebración de la vida. ¿Son sueños? Sí, son los grandes sueños necesarios que anticipan la realidad futura”.
Víctor Bacre