A Nuestra Guadalupe Tonatzin
Señala la investigadora, Mariana Hernández Olmos: “las candidaturas ciudadanas e independientes proporcionan mayor calidad a la democracia, puesto que al ampliar los derechos políticos de los ciudadanos, se otorga mayor equidad en la participación, y por lo tanto, igualdad, valor primigenio de la democracia “(Hernández, O.M., “La importancia de las candidaturas independientes”, Cuadernos de Divulgación de la Justicia Electoral No.12).
Esta reflexión viene al caso ya que, como les informamos en nuestra anterior colaboración, es exigencia de nuestra democracia contemporánea el responder-entre otros múltiples aspectos-, a espacios públicos significativos que permitan y cobijen las opiniones, controversias y debates de los ciudadanos sobre las problemáticas social, educativa, cultural, económica, ecológica, ética y, por ende, política que padecen nuestras comunidades y sus habitantes.
Por ello, es de cabal importancia conocer, en esta ocasión, las respuestas que a nuestro mismo cuestionario con las diez preguntas les iremos haciendo a nuestros protagonistas a participar como candidatos o candidatas en nuestra próxima contienda electoral del 2018, y en esta ocasión toca a Enrique Cárdenas Sánchez, candidato independiente a la gubernatura de Puebla, presentarse con ustedes, amables lectores:
“Soy un ciudadano mexicano, que ha trabajado toda su vida en la academia, impartiendo clases de historia económica y de economía en el ITAM, la Udlap, El Colegio de México, la UIA, y en las universidades de Texas Christian, Brown y Oxford en el extranjero. Fui rector de la Udla de 1985 a 2001. Posteriormente fui co-fundador del Centro de Estudios Espinosa Yglesias en donde promoví diversos temas de asuntos de interés público, de 2005 a 2017. En septiembre de este año mi esposa y yo decidimos entrar en la política para buscar transformar la realidad a través de una candidatura independiente a la gubernatura del estado de Puebla, mediante el movimiento denominado “Sumamos”.
Soy poblano por decisión, y no por haber nacido en el estado. He desarrollado la mayor parte de mi vida profesional en el estado, y considero que Puebla es un México en menor escala: un estado complejo, diverso, con grandes contrastes étnicos, económicos, culturales y sociales. Sus regiones son tan diversas entre sí, que se puede hablar de varias regiones multifacéticas. Por ello es necesario considerar todas sus particularidades cuando se diseña la política pública.
México se encuentra sumergido en una guerra contra el narco desde la época de Felipe Calderón, que ha trastocado sensiblemente la vida pública, y la política, en el país. A ello se ha sumado el poco crecimiento económico, la impunidad y el abandono de las policías por parte de la mayoría de los gobiernos estatales. Se requiere fortalecer toda la institución policiaca y sus miembros, el sistema e instituciones de procuración de justicia y dignificar sensiblemente el trabajo de las policías. Se requiere una acción integral.
Estuve muy involucrado en el diseño del Sistema Nacional Anticorrupción y en la serie de negociaciones con la Presidencia, el Senado y el Congreso para la redacción de las nuevas leyes y reformas para iniciarlo. El sistema implica su desdoblamiento a los estados para constituir los sistemas estatales anticorrupción. El problema ha sido la obstinación de la clase política tradicional que se resiste a su implementación. No ha sido posible echarlo a andar cabalmente a más de un año de su creación. En Puebla en particular, ya hay los elementos para iniciarlo, pero falta todavía la voluntad política para hacerlo funcionar cabalmente.
La igualdad de oportunidades debe enfocarse no solamente a la generación actual sino también a las generaciones futuras. Por ello el cuidado del medio ambiente, el desarrollo de una economía sustentable y con respeto a la biodiversidad, no es una moda o un objetivo secundario. Debe ser una constante en todo diseño de política pública.
Todos los feminicidios que están ocurriendo en Puebla, y en el país, son absolutamente reprobables y dan una señal de alarma. Sus causas son múltiples y han sido estudiadas a fondo. Se deben utilizar los protocolos recomendados por las Naciones Unidas para atacar este problema. Las soluciones consideran una gran variedad de factores que incluyen los sociales, los culturales y los hábitos machistas, además de los relativos a la procuración de justicia que no ha sido adecuada hasta ahora.
La cultura y la educación son los elementos más poderosos para impulsar la movilidad social. Todos deben tener acceso a educación de calidad en cualquier lugar del estado, pues constituye el igualador de oportunidades por excelencia. Debe invertirse mucho más en los primeros años de vida de los pequeños y en la educación básica y media superior, sin descuidar la educación superior y la tecnológica.