Como ya señalamos en nuestra anterior colaboración, José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix, conocido en nuestra historia como Guadalupe Victoria, nació el 29 de septiembre de 1786 en Tamazula, Durango, y falleció el 21 de marzo de 1843 en Perote, Veracruz. También sabemos que durante su infancia, el entonces joven José Miguel estuvo bajo la tutela de su tío sacerdote Agustín Fernández. Ese joven se trasladó a la Ciudad de México para estudiar Derecho en el Colegio de San Ildefonso. También sabemos que, inquieto e idealista, no terminó sus estudios y optó por unirse a la lucha independentista con don José María Morelos y Pavón y de inmediato participó con él en varias batallas.
La página del gobierno de Durango señala algunos rasgos y acciones del tamazulense, quien ya con 26 años continúa en las filas insurgentes ahora al lado de Hermenegildo Galeana -también destacado seguidor de Morelos- y cambia su nombre por el de Guadalupe Victoria. “Tal apelativo aludía por un lado a la deseada victoria de la causa independentista y, por otro, a la Virgen de Guadalupe a la que se encomendó”. (Ídem) Continúo en batallas, sobresaliendo en Oaxaca y acercándose ya a Veracruz, donde inicia su presencia en el Totonacapan al unirse a las tropas comandadas por Nicolás Bravo. Destacó durante la toma de Oaxaca y en Veracruz. “Guadalupe Victoria se dedicó a controlar el paso del Puente del Rey, en el que se hizo famoso por sus exitosos asaltos a convoyes militares”.
“Fue por ello ascendido a coronel y se encargó de la campaña más amplia de Veracruz. Defendió los puertos de Nautla y Boquillas de Piedras, aunque los realistas los recuperaron más tarde. Guadalupe Victoria inició una estrategia de guerra de guerrillas con ataques breves pero fulminantes; organizó un gobierno en el territorio que dominaba, fijó impuestos para el sostenimiento de la guerra, nombró jueces e impulsó los preparativos para la creación de una fuerza marítima. Logró asediar y aislar las ciudades de Córdoba, Orizaba y Jalapa”. (Ibídem)
Con el artero fusilamiento de Morelos y Pavón en Ecatepec, en 1815, la lucha insurgente decayó un tanto. Solo figuras heroicas como Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria, utilizando, como ya dijimos, la guerra de guerrillas continuaron la guerra contra los realistas. Por ello, “a principios de 1819 se ocultó y reapareció en 1821 para apoyar el Plan de Iguala, suscrito entre Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero. Se entrevistó con Iturbide, con el que tendría diferencias: de ideario netamente republicano, Guadalupe Victoria se opuso siempre al establecimiento de una monarquía imperial”. (Ídem)
Su militancia en la masonería, como la mayoría de los jefes insurgentes, le hizo tener fuertes discrepancias con varios de ellos. El pertenecer a la Secta Yorkina con ideales de crear un gobierno liberal y federal, contra los militantes de la Secta Escocesa que postulaban un gobierno un tanto conservador y centralista tuvo mucho que ver en su concepción en la creación y triunfo de la república federal mexicana. (Continuará).
Víctor Bacre