Es el título con el que encabezó el periódico El Telégrafo, de Ecuador en la América Latina, en enero del 2015, al referirse al otorgamiento en Monterrey, Nuevo León, México, del Premio Nuevo Periodismo Iberoamericano que el 3 de abril de 2002 le fue entregado en el Museo Marco de la capital regiomontana y se creara con la idea e impulso del Nobel de Literatura colombiano, Gabriel García Márquez, bajo los auspicios y el apoyo económico del también regio y presidente de Cemex, Lorenzo Zambrano, al periodista mexicano Julio Scherer García. Mencionó Gabo al referirse al premiado: “Toda su carrera la hizo contra la corriente y se ha demostrado que tenía la razón”.
En ese mismo sentido, el referido diario ecuatoriano El Telégrafo dice y recuerda:
“‘No sabes cuánto te quiero, me jodiste’, le dijo Gabriel García Márquez a Julio Scherer García al momento de entregarle el Premio Nuevo Periodismo Iberoamericano en Monterrey, en abril del 2002. ‘Gabriel, Gabriel, Gabriel’, fue la respuesta, al tiempo del abrazo estrecho y el beso en la mejilla.
En esos días, yo laboraba en la Escuela de Graduados en Educación de la Universidad Virtual del Itesm-campus Monterrey y mis compañeros de trabajo me animaron a que asistiera a la premiación, ya que recordaban cuando la compañera recepcionista de nuestra área me gritó emocionada: “Le habla don Julio Scherer, personalmente, de Proceso de la Ciudad de México”. Fue la única vez que en verdad me llamó para compartirme lo del otorgamiento del premio así como era él, sencillo, amable y amigo. Por ello me animaron a que fuera. Y claro que asistí…
Dos experiencias acompañaron mi concurrencia al evento: Una, que al estar en primera fila, pero algo lejano de donde se encontraban los principales personajes preparándose para el ser acomodados en el presídium y en sus lugares, fue que me vio Vicente Leñero y le cuchichió que ahí andaba yo, volteó y al mirarme don Julio que se viene a saludarme (con Nina Zambrano presurosa al lado, quien lo estaba atendiendo) de beso, como acostumbrábamos, por lo que la Zambrano le comentó: “Yo también lo conozco en el Tec”.
Y la otra fue que Celso Piña, el excelente músico regio de Vallenato, al amenizar la premiación tocó Macondo y don Gabriel presto se arrancó por doña Mercedes y eso fue bailar con maestría, sabor y alegría. El Rebelde del Acordeón se emocionó y que se sigue también tocando la de Carlos Puebla de Homenaje al Che Guevara. A la mitad de la canción, que les pone el micrófono a Gabo y a don Julio, quienes se sabían y cantaron unas estrofas y ¡Dios mío! Se lo pone a don Lorenzo, quien apenado y colorado solo alcanzó a balbucear…(Claro que fue “la de ocho” en muchos diarios, locales e internacionales: “Zambrano cantándole y homenajeando al Che Guevara”).
Scherer recordó ese 3 de abril los deseos de seguir luchando de sus colegas después de quedarse sin trabajo. “Aún los escucho, generosos. ‘Empecemos de nuevo, a costa de los riesgos que vengan’. Su entereza pudo más que mis resquemores y su capacidad creadora mucho más que la rabia estéril que me vencía. Ellos tuvieron los ojos que a mí me faltaron. Así nació Proceso el 6 de noviembre de 1976 en una casa alquilada. Incluida la estufa, la redacción formaba parte de la cocina”.
Víctor Bacre