De entre todas las ideas que se han compartido sobre el placer femenino y sus fuentes en los genitales externos e internos, prevalece aquella de que, si bien el orgasmo vaginal existe, surge en puntos del interior de la vagina como el G, el A y el U, localizados en la zona media y profunda de la cavidad, los que no se podrían alcanzar con miembros masculinos de menos de 12 centímetros en erección.
La buena noticia es que la vagina tiene muchas terminaciones nerviosas que generan sensaciones tan increíbles que pueden llevar al orgasmo si se saben estimular. Muchas se encuentran cerca de la salida y en la cara anterior, área que no modifica tanto su diámetro pues no se ensancha demasiado durante la excitación, .
En promedio, la cavidad vaginal mide entre siete y 15 centímetros, de acuerdo a una investigación de 1996 titulada “The Shape and Dimensions of the Human Vagina as Seen in Three-Dimensional Vinyl Polysiloxane Casts”. Cuando su propietaria se encuentra disfrutando durante un encuentro sexual, el canal vaginal puede crecer debido a la excitación y al flujo de sangre que se concentra en el área genital: los dos tercios superiores de la vagina se alargan mientras que el cérvix y el útero ascienden. Sin embargo, la entrada se mantiene más o menos estable, con todas sus terminaciones nerviosas activas.
Entonces, así compartan con un pene largo o uno corto (el ancho es interesante, pues mientras mayor sea el diámetro, las sensaciones podrían aumentar), así se tenga un juguete sexual grande o se usen los dedos, mi recomendación es que en su siguiente reunión de placer se dediquen durante un buen rato a tocar (rozar, masajear) la mera entrada vaginal. Mujeres, vayan cambiando lentamente la posición de su pelvis: comiencen a elevarla muy lentamente y sientan. Cuando ubiquen una altura que les genera sensaciones más intensas, sostengan el peso de la parte inferior de sus cuerpos con pies y pantorrillas. Después, hagan ligeros círculos con las caderas, como si estuvieran bailando hawaiano pero suavecito, o inclinen un poco el cuerpo hacia la derecha y después hacia la izquierda.
A la par, es importante que sus compañeros no caigan en la tentación de introducir todo el pene, manteniéndose apenas unos centímetros adentro, pudiendo salir y entrar pero sin ir más allá. También necesitan fuerza en las piernas para ir elevando la pelvis al ritmo de sus compañeras, o maña para colocarse de alguna manera cómoda, quizá usando almohadas para lograrlo.
Probablemente llegará el momento en el que lo que sienten las tome por sorpresa debido a su intensidad, chicas, pero traten de no moverse, hacerse a un lado o separarse de sus compañeros. Sigan. Esperen a ver qué sucede. Ya me contarán, pero en el mejor de los casos tendrán un orgasmo novedoso, intenso y divertido.
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Multiorgasmos: secuenciales y en serie
El multiorgasmo femenino sí existe, es relativamente sencillo de alcanzar y es un agasajo total. Me he dado cuenta —basada en mi experiencia, mis lecturas y algunas investigaciones— de la manera en que opera y creo que comúnmente no lo alcanzamos porque no nos damos el tiempo ni la oportunidad para lograrlo, pues nos conformamos con lo primero que sentimos.
Los primeros años de mi vida sexual activa creí que solo podía tener un orgasmo, sin importar la duración del encuentro erótico, y cuando lo alcanzaba le perdía el gusto al asunto. Luego, gracias a la experiencia y mis estudios en sexología, ingresé al mágico mundo de los multiorgasmos secuenciales y después en el de los que se presentan en serie, comprendiendo que no hay un final en el camino del placer.
El multiorgasmo secuencial sucede así: durante una misma sesión erótica, puedes tener varios orgasmos, con un tiempo de descanso entre uno y otro, que puede ser de dos, diez o hasta 15 minutos. Mi primer consejo es no parar. Sé que eso depende del nivel de excitación, pero si se sabe dosificar, se puede continuar. Quizá los genitales estén sensibles justo después de un primer orgasmo, pero si la pareja tiene el ímpetu y el entusiasmo de seguir, con unos minutos sin acción directa en la vulva, los ánimos se volverán a encender. Después se pueden realizar algunos ejercicios de Kegel a manera de descanso (llegará el momento en que los harán de manera inconsciente) y luego continuar estimulando el clítoris, por ejemplo, hasta sentir la siguiente “muerte chiquita”.
El multiorgasmo en serie te enfrenta, de una manera increíble, a un orgasmo tras otro con diferencia de apenas unos segundos. Es, literalmente, el clímax desencadenado, una montaña rusa de sensaciones. En este caso es importante conocer el cuerpo y el sentido del gozo para comprender que no pasará nada desagradable si se sigue y se sigue, sino que el placer aumentará hasta que de plano ya se quiera descansar. Es importante tener una buena condición física, así como disposición, además de sentirse en libertad y complicidad con quien nos acompaña.
@draverotika
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