Mucho se habla de la crisis económica provocada por el Covid 19, de las graves secuelas que traerá para la ya muchas veces golpeada clase trabajadora y la empresarial.
Se habla de lo difícil que será recuperarnos de una de las peores caídas del PIB en los últimos años (más del 9% en 2020), bastante hemos oído ya, de la trágica y segura crisis que estamos viviendo, pero no se ponen sobre la mesa soluciones efectivas.
Una solución que la historia económica nos ha brindado, es que, para salir de los estancamientos producidos por las crisis, hacen falta apalancamientos como la inversión por parte del Estado, y la ampliación de las líneas de crédito para las empresas, de tal manera que puedan sortear la dificultad del momento sin despedir a un alto número de empleados.
Pero tal pareciera que nuestros gobernantes y sus asesores poco han leído a los pensadores económicos como Keynes, cuyo plan (New Deal) rescató a gran parte del mundo occidental de la abrumadora crisis de 1929.
A nivel nacional, y de acuerdo con los datos del INEGI, los 32 Estados de la República Mexicana gastan en promedio el 5% de todo du presupuesto en el pago de la Deuda pública, mientras que a la Inversión pública apenas le dedican el 3%.
Es completamente ilógico que las Entidades Federativas gasten más en el pago de capital, intereses y comisiones de una deuda, que, en la misma construcción de Obra pública, ya que, constitucionalmente hablando, toda deuda contraída por los Gobiernos, debe tener como prioridad la generación de infraestructura que genere competitividad.
De los créditos a las Micro Pymes mejor ni hablamos, porque si comparamos todo el presupuesto que se destina al pago de la burocracia y los gastos improductivos del gobierno, son prácticamente migajas fiscales las que les quedan a aquellos que con su trabajo generan empleos, y por ende contribuyen con sus impuestos al mantenimiento de los gobiernos.
Es tiempo que las autoridades Federales, Estatales y Municipales replanteen su estrategia financiera de tal manera que inviertan más, ayuden más a aquellos que generan empleos y amortigüen el impacto de la crisis a través de políticas económicas más acertadas, y menos populistas.