El tren de la educación no se puede detener para poder salvar el año escolar 2020-2021.
Más de 30 millones de alumnos frente a un televisor es la manera que propone el gobierno para validar la educación en estos nuevos tiempos.
Cabe aclarar que las bondades del aprendizaje presencial no se pretenden sustituir con los medios de comunicación masiva, pero ante la realidad que vive México, donde el 94 por ciento del alumnado se encuentra en condiciones de pobreza y solo cuentan con la televisión y la radio para hacerles llegar los contenidos educativos, no quedan muchas opciones.
En este contexto, la televisión es un medio y la educación persigue fines más allá de los contenidos. A través de un televisor se puede educar, pero la pregunta más importante es ¿también es posible aprender?
Con “Aprende en Casa II” se esperan producir 4 mil 550 programas de televisión, 640 de radio, ambos en español y lenguas indígenas que serán retransmitidos a través de los 16 canales públicos y privados.
La promesa del gobierno es que los estudiantes tendrán libros (entregados a los padres de familia en los planteles), además en la tele estarán maestros con buen nivel, científicos e intelectuales, quienes serán el emisor para el público receptor que será evaluado con base en los contenidos bajo la vigilancia de la SEP.
Las intenciones son buenas, pero no será tarea fácil tener a la televisión como maestra, hay que comprender que este medio ofrece formatos diferentes a los libros de texto, los contenidos vía remota representan un sistema simbólico que requiere una decodificación a la que se enfrentarán muchos niños por primera vez.
Estar alejados de la escuela presencial, expone a los alumnos a un mundo diferente: las tres dimensiones de la televisión: contenido, medio y lenguaje, será ahí donde se incentivará el aprendizaje por observación.
Será indispensable el apoyo en casa para que los estudiantes tengan la atención unidireccional que necesitan para reforzar los materiales y poder ser evaluados para aprobar el grado.
Hoy está frente a nosotros una oportunidad única: es momento de generar sistemas abiertos y flexibles, que ofrezcan propuesta de valor en lo relacionado al paradigma educativo enfocado en el contexto donde se encuentra el alumno: el hogar.
A la par, hay que rediseñar la estrategia docente porque la técnica de enseñanza-aprendizaje va más allá de los muros de un salón de clases.
Es primordial para sociedad y gobierno definir en conjunto el nuevo rol de la educación, porque la normalidad tardará en llegar o tal vez no vuelva nunca.
MIRIAM COLÍN Y VANESSA AGUILAR
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